Por Roberto PELÁEZ
Con los ojos como luna llena Rina Williamson no puede ocultar su orgullo cuando expresa: “Otavalo es una ciudad ecuatoriana, cuna de nativos, donde está la plaza más grande de Sudamérica para vender artesanía”.
Se ajusta la pulsera tejida y prosigue: “los sábados y miércoles apenas se puede caminar allí, acuden muchas personas a comprar tapices, bolsas, blusas, cobijas, ponchos, chaquetas, vestidos bordados, todos tejidos, y tenga la seguridad de que no hay un solo de esos artículos repetidos, cada uno tiene su encanto particular”.
La entrevistada llega a Estados Unidos en 1997, “específicamente, cuenta, a Utah, con la aspiración de estudiar y volver a Ecuador, a su Otavalo querido; tomo lecciones y me gradúo de una rama que tiene que ver con el turismo y la organización de eventos, soy guía turística”, precisa.
“En el 2010 vengo con mi esposo e hijos a vivir a Las Vegas, es una ciudad que me gusta, dice, además aquí me entero que exite un Club de Ecuatorianos y me acerco para contactar, tener relaciones con mis connacionales, en ese momento el grupo lo dirige el periodista Edwin Saldarriaga.
“Recientemente, apunta, la directiva (ahora con Nora Uribe al frente) me entrega un reconocimiento por mi labor promocional de las costumbres indígenas, las múltiples presentaciones que he llevado a cabo para dar a conocer danzas, vestuario y otros aspectos culturales que nos identifican a los ovatalenses; es un gesto que valoro mucho, se imagina, que valoren mi labor de años en favor de lo nuestro, de lo autóctono”.
Sale a relucir el deseo de su esposo -juntos desde hace 20 años- por aprender lo más posible de esa cultura, “en él, comenta sonriente, encuentro a un fiel aliado, le apasionan nuestras costumbres, las tradiciones, y junto con nuestros hijos hemos ido a Ecuador, a Otavalo en varias oportunidades.
“Realmente, abunda, vamos casi todos los años, me interesa mucho que mis hijos conozcan a su gente, convivan con la familia, aprendan de las danzas típicas, y con frecuencia asisten a los eventos en los que muestro diferentes coreografías, vestimentas... en Utah y en Las Vegas he bailado delante de miles de personas, por otro lado también está lo del idioma, es algo muy nuestro, de los indígenas de Otavalo, como lo es la ropa que llevo, puedo decirle que cuando ve a una mujer vestida así de seguro es de Otavalo, y los hombres también tienen su vestuario, acompañado del sombrero, que nos permite reconocernos en todas partes”.
Los sucesos ocurridos hace pocas semanas en Ecuador en protesta por el alza de los precios, por ejemplo, en la gasolina, el transporte, tuvieron a los indígenas como protagonistas.
“Esos que salieron a protestar, que se manifestaron contra las medidas presidenciales de Lenin Moreno son mis hermanos, subraya Williamson con el rostro serio, ellos salieron a hacer valer sus derechos, es una postura muy valiente.
“Por muchos años, agrega, los indígenas hemos sido marginados, apenas se nos ha tenido en cuenta, y si bien muchos de ellos aprendieron a leer, a escribir, durante el gobierno de Rafael Correa, incluso llegamos a tener un alcalde indígena, justo es decir que hemos sido muy marginados, y ahora nos hacemos sentir, la gente se cansó y las protestas son una muestra de ello”, resalta.