Por Roberto PELÁEZ
Los ojos de María derrochan ternura cuando mira a Haylee, “ella es mi hija, mi mayor orgullo... estudia, trabaja, se empeña cada día en ser mejor persona, muestra una madurez poco común a los 20 años, vivo orgullosa de ella”, afirma sonriente.
La vida de la entrevistada es como un sueño. María R. Portillo es de Acapulco de Juárez, en el estado mexicano de Guerrero, “desde pequeña quise ser maestra, tengo en gran estima a los educadores, apunta, creo que realizan una labor excelente en la formación de los menores.
“Soy de las mujeres que lucha por hacer realidad sus aspiraciones, advierte, estudio y consigo mi título de maestra, pero paradójicamente me doy cuenta que allí, en mi Acapulco hermoso, querido, al menos en aquel momento no hay muchas posibilidades, por eso decido irme a vivir a Los Ángeles, allí estoy 20 años”, recuerda.
En el 2009 la entrevistada conoce a otro de sus amores... la ciudad de Las Vegas, y decide residir en la ‘capital mundial del entretenimiento’.
“Creo, subraya, que en la batalla por la vida una debe contar con herramientas que le permitan salir airosa, me doy a la tarea de estudiar inglés, computación, tomo lecciones de motivación en diferentes talleres, y cuando menos lo imagino ‘descubro’ que me apasionan las habilidades manuales.
“Puedo asegurar que es algo que me atrae, me gusta ver salir cosas de mis manos, decorar, hacer cosas lindas, además -indica- aprendo algo distinto cada día, todo eso sin dejar de reunirme de vez en cuando con mis amigas y ver en qué podemos ayudar a quienes tienen menos”, acota.
“Si le platican de alguien que quiere que todo a su alrededor está siempre bonito, limpio, esa soy yo”, comenta y vuelve a sonreír.
“Vivo enamorada de la vida, de las cosas lindas que me da, incluso agradezco las adversidades, porque me brindan la posibilidad de crecerme, de ser fuerte y superarlas, de ayudar a otros, y eso me llena por dentro”, externa.
“Son precisamente esas habilidades, cuenta, las que me llevan a tener contacto con agrupaciones musicales, me empeño en crearle a cada agrupación (del género grupero) algo que las identifique, una especie de sello, y por ese ‘camino’ llego al mundo del souvenirs, esas cositas pequeñas, esos detalles que nos sirven como un recuerdo, algo que siempre está ligado al amor a una persona, a un lugar... es muy lindo, por eso muchas personas los guardan, y a veces los llevan como un recuerdo del que no se quieren separar.
“Como le dije antes me gusta superarme, expresa, considero que cada trabajo que sale de nuestras manos debe estar acompañado de los conocimientos, del deseo de ser reconocido como una profesional con prestigio, y eso exige dedicación, ponerle una alta dosis de amor a lo que hace, dominio, de lo contrario es muy difícil”, destaca.
Platica de sus amigas, del vínculo con la comunidad, de su admiración por Familias Unidas en Acción (FUA) “el COVID-19 nos ha impedido hacer más eventos, y también reconozco el trabajo del profesor Isaac Barrón, hace mucho por la gente, por los jóvenes, y ellos son el futuro”, sentencia, y vuelve a poner sus ojos en Haylee.