El aceite de Argán -conocido como oro del desierto-, es un producto cosmético y comestible que se obtiene tras un proceso de secado de los frutos del árbol de Argán, expuestos al sol. Una vez secos, se extrae la semilla de la almendra manualmente y pasa a prensarse en frío. Es dorado claro y su olor apenas es perceptible.
Adecuado para calmar irritaciones cutáneas, es antiséptico y antifúngico.
Para aplicar en la piel de la cara o del cuerpo, las uñas o el cabello, hay que echar unas gotas en la palma de la mano y luego masajear sobre la zona indicada.
Sobre la piel del rostro se untará el aceite de Argán con las yemas de los dedos; si se desea emplear sobre la piel corporal o el cabello habrá que utilizar la palma de la mano. Excelente acondicionador para el cabello.
Como alimento, el aceite de Argán se extrae mediante presión de las semillas, es más oscuro que el cosmético y el olor más intenso. Es aconsejable conservarlo a una temperatura superior a los 25 grados.
Es adecuado en dietas para el tratamiento de enfermedades cardiovasculares.
Potente antioxidante, ayuda a reducir la absorción del colesterol en el intestino. Tiene propiedades antitumorales.
Permite realizar bien la digestión, mejora el funcionamiento hepático.
Sus usos culinarios son iguales que el resto de los aceites, se puede emplear como aderezo, incluso ingerir una cucharadita de aceite puro.
El aceite de Argán ciento por ciento puro no está restringido a bebés, niños ni adultos, a menos que la persona sea alérgica a algún componente de este producto.