El cutis es la más delicada de todas las zonas corporales, soporta las agresiones del medio, además, es nuestra carta de presentación, pues se trata de lo primero que se ve de una persona. Por ello, todas deseamos tener una cara perfecta, aunque a veces es difícil, sobre todo a cierta edad y en ciertos casos: pieles con problemas como acné, exceso de grasa o manchas.
Conservar la lozanía, la juventud y la frescura del cutis constituye una meta que requiere, por sobre todo, constancia; la clave para lograrlo es la LIMPIEZA y ésta debe realizarse a diario, siguiendo una rutina de cuidados especiales.
Cualquiera sea tu tipo de piel, los pasos básicos en la rutina son los mismos: limpieza, humectación y nutrición. Para lograr una cara fresca, hay que desterrar la suciedad que la opaca y desluce, luego darle agua a la piel y, por último, ‘alimentarla’ con una buena crema.
El objetivo de la limpieza de cutis es liberar la superficie de la piel de células muertas, grasa e impurezas del medio ambiente, para que no se ‘cierren’ los folículos pilosebáceos que dan lugar a la formación de “puntos negros”. Para lucir una suave, debemos someternos a una limpieza profunda una vez por mes y a una limpieza diaria en casa, para que los productos cosméticos penetren profundamente. Si limpias tu rostro en profundidad, despídete de impurezas y puntos negros. Tu belleza no admite postergaciones. Rescata el valor cosmético de algunas fórmulas y productos naturales. Tomado de ‘Más belleza para ti’.
