Claudia Najarro... Incansable defensora del medio ambiente

Por Roberto PELÁEZ

Claudia Najarro sin sonrojarse reconoce que las pupusas son su debilidad, “me encantan, dice sonriente, no es que sea de mucho comer, usted sabe, pero las pupusas, oh, que ricas... 

“Sí, soy de El Salvador, un pequeño país centroamericano, de donde salí hace 25 años para venir a los Estados Unidos, desde hace más de 15 años vivo en Las Vegas, esta ciudad para ha sido para mi y mi familia como la segunda casa”, expresa

Hojea un libro que tiene en las manos y precisa: “Tengo un gran concepto de la educación, a mis hijos les insisto que deben prepararse para la vida, estudiar, graduarse... el futuro pertenece, a quienes pueden mostrar un alto nivel educacional, títulos universitarios, más en un país tan competitivo como este”, destaca. 

“En El Salvador, explica, tuve la posibilidad de estudio y me gradúo en secretaría; aquí asisto al Medical Billing and Coding Expert, en Kaplan College; volver a un salón para tomar clases, es muy emocionante, hago mías un grupo de herramientas, de conocimientos, además de demostrarme a mi misma que sí puedo”.

Saluda a varias persoans que se le acercan, y luego prosigue: “Le hablaba de las pupusas, vuelve a sonreír, me gusta la comida típica salvadoreña, los pasteles, la yuca frita, las empanadas, las enchiladas, todos son muy ricos, sin embargo, cuando dicen pupusas...”.

Najarro es una inmigrante que lucha por salir adelante con su familia, por un tiempo labora en CHISPA Nevada, “como se sabe, dice, soy una defensora del medio ambiente; soy una persona  agradecida con la vida, todo lo que me ha permitido, mis amistades.

“Me gusta hacer el bien, y lo mejor es estar informada, platicar con la gente sobre el medio ambiente, cómo actuar para protegerlo, cuidar nuestro hábitat, preservar el agua, dice y no puede ocultar la emoción; es muy bonito saber que una puede hacer cosas por una vida mejor, por un aire limpio, vecindarios saludables, es lo mejor que podemos hacer por las generaciones del mañana”, argumenta.

“Sería excelente si cada persona se preguntara qué puedo hacer por un mundo mejor, porque lo que me rodea a mi y los míos sea mejor, más saludable, con agua de mejor calidad, un aire más limpio... 

“También le puedo hablar de ahorrar el agua, apunta, de la importancia de reciclar, y lo que aprendo, lo que leo, se lo enseño a mis hijos... como todas las madres quiero para ellos lo mejor. Cualquiera se asombraría si ve qué se puede hacer con tantas cosas que botamos en casa, que consideramos inservibles”, añade.

Y con la misma emoción con que habla de defender el medio ambiente, llama a los inmigrantes, de cualquier nacionalidad, a ser muy cuidadosos, “no es conveniente confiar en quienes se presentan para ayudar con los documentos, esas personas que sin estar autorizadas se ofrecen, lo pintan todo muy bonito, dicen que pueden resolver este o aquel documento; es triste ser víctima de una estafa, perder tiempo y dinero a manos de otro inmigrante, mejor acudir a fuentes autorizadas... hay que estar informadas”, finaliza.

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