Clarissa Cota, vicepresidenta CSN: “La educación abre las puertas a muchas opciones”

Por Roberto PELÁEZ

“Sé perfectamente lo que es tener que trabajar y estudiar; cuando un joven tiene que balancear, asumir responsabilidades en casa... entonces todo es más difícil”, afirma categórica Clarissa Cota, vicepresidenta de CSN Campus de North Las Vegas.

Con un cuarto de siglo como profesora de leyes, reconoce “es algo que me apasiona, instruir, enseñar; llegan estudiantes, los veo crecer de estatura y en el aspecto profesional, ser el orgullo de sus familias, eso sin dudas reconforta, motiva”, apunta.

“Nací en Tucson, Arizona, mis padres son de Sonora, de ellos y mis tíos, de ellos aprendí a crecerme ante las dificultades, y claro, también tuve su apoyo, porque insisto, es difícil, más aun cuando un joven tiene que trabajar y tomar lecciones como un ‘part time’, entonces no sorprende que sus estudios se extiendan hasta ocho años, porque debemos reconocerlo, ir al colegio, tomar lecciones, exige tiempo, sacrificio, ‘robarle’ horas al sueño, a otras actividades.

“Si la familia, el estudiante, pueden resistir la presión, vale la pena que curse estudios, que vea eso como un trabajo a tiempo completo; reitero, trabajar e ir a la escuela es difícil, requiere mucho esfuerzo, pero trae consigo las posibiliaddes reales de salir adelante.

“La vida pasa, el tiempo no se detiene, y a medidas que se suceden las semanas, los meses, los años, la vida se torna más complicada para ese joven que estudia y trabaja, por eso muchas veces no termina lo que empieza”.

Mira atrás y recuerda: “Cuando llevaba dos años impartiendo lecciones en Tucson, se me presenta la oportunidad de un trabajo aquí... no imaginaba que iba a conocer a mi esposo -también es licenciado- y que íbamos a hacer una familia.

“Tengo tres hijos (de 20, 18 y 16 años), los dos mayores estudian en la Universidad de Reno, y el menor cursa la preparatoria”, externa. “Su papá y yo les platicamos mucho sobre la importancia de estudiar, de cultivar un futuro, de proponerse metas y luchar por ellas, sobre la base del sacrificio, que disfruten lo que hacen y lo encaren con seriedad.

“A veces me encuentro con jóvenes que le dicen a sus padres o a su pareja, a los amigos, ‘ella fue mi profesora’, sostiene, y siento un gran orgullo... si tenemos tiempo pues me detengo, platico con esas familias, con esas otras personas, noto la diferencia cuando han conseguido finalizar los estudios, se le abren las puertas, tienen ante sí opciones.

“Me gusta, asevera, motivar a los alumnos a que platiquen a familiares y amigos de las opciones que tienen al finalizar sus estudios, sin dudas son muchas que otros no tienen, es una especie de credencial, de orgullo, y cuando digo orgullo no es sólo para ellos, también para la familia, los amigos, los vecinos, la comunidad; es hermoso ver a un joven empeñarse en seguir los estudios, esforzarse, y al final graduarse.

 

“Cuando tomaba lecciones, iba a la casa de mis tíos, vivían cerca de la escuela, allí pasaba horas, pero no platicando, ellos me tenían la comida y todo listo, iba a enfocarme en los estudios, a meterme de lleno en las libretas, en los libros”, resalta.

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