Carme Artigas, primera española elegida como ‘Senior Fellow’ de la Harvard Kennedy School

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Carme Artigas, ex secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial del Gobierno de España hasta el pasado diciembre, se ha convertido en la primera mujer española en incorporarse como Senior Fellow en el centro de investigación Belfer Center,  de la ‘Harvard Kennedy School (HKS)’,  para incorporarse a la futura cátedra de Tecnología y Geopolítica de la organización académica.

Según la institución, un ‘Senior Fellow’ es un profesional con más de 20 años de experiencia que tiene como misión dirigir proyectos de investigación en el entorno académico de Harvard y que refuerza las conexiones entre la teoría y la práctica para buscar soluciones a los retos de la sociedad y las políticas públicas. 

“Estamos viendo como la tecnología está cambiando no solo los equilibrios de poder, también los actores de ese poder; no se trata solo entre países con recursos únicos, hablamos de otros agentes como las grandes multinacionales que pueden tener más influencia en el mundo que el propio país. Y ese es el  debate el que abordamos en la cátedra”, señala Artigas en una entrevista con EFE tras confirmar el nombramiento. 

Artigas que, actualmente, es copresidenta del Consejo Asesor de Alto Nivel de la Inteligencia Artificial para Naciones Unidas, considera que su nombramiento busca compatibilizar una visión europea y femenina en un mundo que requiere abordar “la gobernanza global”.

En esta línea,  Carme Artigas hace hincapié en la necesidad de que las mujeres tengan un papel más determinante en la dirección tecnológica y pone en valor la ley europea de inteligencia artificial, aprobada este mes, en cuya elaboración participó activamente durante la presidencia de España en la UE.

La voz de Scarlett Johansson 

Según la exsecretaria de Estado, el reciente caso de posible usurpación de voz que denunció la actriz Scarlett Johansson contra la empresa OpenAI no se puede dar en Europa, gracias a la ley de IA.

La empresa OpenAI, dueña de la aplicación ChatGPT, tuvo que suspender este mes la voz de la asistente personal Sky, que era “extrañamente parecida” a la de la actriz, después de que los abogados de Johansson enviaran dos cartas exigiendo revelar el proceso exacto de la creación. 

“La voz es un dato personal y no se puede usar sin permiso explícito. La ley europea de inteligencia artificial obliga a los que están entrenando estos modelos necesiten respetar el copyright (derechos de autor): algo que es tuyo, puedes decir que no quieres que se utilice”, dice.

Esa ley, según Artigas, regula los usos de alto riesgo de la tecnología. “Es como si quiero regular un martillo. Se puede utilizar para clavar un cuadro, eso es inofensivo o para matar a una persona. Y no regulo el martillo. Estoy regulando los usos de riesgo y ahí Europa es muy innovadora, ya que decimos al mundo cuales son los usos prohibidos de la IA en la UE”.

Además del conocimiento legislativo, la experta considera que su presencia en la cátedra como ‘Senior Fellow’ debe ser referente de las mujeres en el ámbito STEM (acrónimo inglés, que corresponde en español a Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).

“La incorporación de la mujer en el mundo tecnológico es imprescindible, tenemos la necesidad de participar en el diseño de un mundo que aun no existe. Ahora se ve que la tecnología penaliza más a las mujeres. Estamos viendo los ‘deep fakes’(vídeos manipulados), las mujeres son las víctimas del acoso de las redes, de la utilización de su imagen..”, aclara Artigas.

Como ‘Senior Fellow’, la exsecretaria de Estado espera también crear grupos de trabajo que investigue el impacto de la tecnología en la geopolítica “para buscar soluciones”. 

“Hay que ser consciente de la heterogeneidad que tiene el ser humano, y también entre el norte global y el sur global. Estamos viendo que las diferencias o la  división digital es un juego de niños comparado con la división que puede surgir con la Inteligencia Artificial. Toda tecnología aporta beneficios y tiene costes. Se trata de que los beneficios y los costes se repartan de manera equitativa para toda la sociedad, en todas las capas sociales”, destaca Artigas. Madrid (EFE)

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