Por Roberto PELÁEZ
Alma se palpa el seno, siente algo duro, caliente, y enseguida el comenta a su esposo: “aquí hay algo anormal y debemos ir al médico, recuerda, lo que pasó después es lo que me lleva a decir que el 2018 fue un año difícil, muy tenso para mi, mi familia, pero al final todo salió bien... aquí estoy, dispuesta siempre a regalar mi arte”, afirma
Desde hace 26 años Alma Marroquín, oriunda de El Salvador, reside en los Estados Unidos, tiene dos hijos y un inmenso deseos de vivir. “En San Salvador, apunta, estudio hotelería y turismo, entonces soñaba con ser aeromoza, destaca esta mujer esbelta con una sonrisa que le ilumina el rostro; y se me da la oportunidad, abunda, llega en un momento en que debo decidir entre ser aeromoza o venir a Nueva York... opto por lo segundo y no me arrepiento”, subraya.
“Volviendo a lo que le contaba antes, cuando examino mi seno, corrimos al médico, tuve que ir dos veces al salón de operaciones, rememora, me extraen 18 nódulos, pero sólo uno era maligno, acota; cuando a uno le dicen que tiene cáncer el mundo se le viene abajo, explica, es terrible, una experiencia tremenda... le pregunté al médico sobre mis posibilidades de vivir, su respuesta fue la siguiente: no puedo decirte nada sobre tu vida, nosotros vamos a hacer todo lo posible, pero tu vida está en manos de Dios.
“Recuerdo que el médico me dijo, tienes una mancha grande, no puedo decirte más nada hasta que no vea los resultados de la biopsia, cuenta, después me dieron alrededor de 40 radiaciones, quimioterapia, perdí el cabello, y como quiera que la quimio mata células buenas y malas, quedé realmente muy débil, me dieron la indicación de sobre alimentarme, inicié una batalla por la recuperación.
“Fue un proceso largo, difícil, expresa, tuve entonces el apoyo de mi esposo y de mucha gente, junto a mis ansias de sobrevivir, le pedí mucho a Dios y Él escuchó mis oraciones... hoy mi mensaje para las mujeres es ‘tócate tu corazón y examina tus senos’, soy de las que considero que siempre es mejor prevenir, tomar las cosas a tiempo, y claro, conocer tu cuerpo, eso es lo que te permite darte cuenta enseguida de que todo está bien o por el contrario si hay algo anormal, entonces lo más conveniente es ponerte en manos de los médicos”, sugiere.
Marroquín habla con orgullo de sus hijos, “Wilfredo tiene 26 años, comenta, yo no pude, pero él sí, trabaja en aviación aquí en Las Vegas, y mi hija Catherine tiene 22 años, es también una persona excelente, me anima en todo momento, siempre tengo sus palabras de aliento”.
Marroquín es conocida por muchas personas, no sólo por haberse impuesto al cáncer en una contienda difícil, larga, estresante, que llenó de preocupación a familiares y amigos, “también porque he tomado parte en cuatro ediciones del Carnaval Internacional de Bolivia que se efectúa cada año en el Downtown, la gente me reconoce...
“Recuerdo que Freddy Chávez, fundador del Carnaval, me llamó muy preocupado, tanto por mi salud como por el colorido que brindo a su evento, y le aseguré que iba a estar, le garanticé mi participación, y no podía quedar mal; lucí un vestido precioso, gracias a los diseñadores, unos jóvenes nicaragüenses, que tienen mucho talento y deseos de hacer”.
Sandra Granados y Rhina Dhemings se acercan para felicitar a Marroquín, se abrazan, luego ella se vuelve a mi y comenta: “eso es lo que no me puede faltar, el cariño de la gente”.
