La guerrera ‘Mulan’ regresa a las pantallas, una versión del clásico de Disney rodada con un reparto de carne y hueso que no pisará los cines y arriesgará su éxito al ‘streaming’ en una estrategia que supone un antes y un después en la industria audiovisual.
Pocos imaginaron que la batalla más difícil para la heroína y Disney sería dar con una manera de estrenar -en un mundo golpeado por el coronavirus- la película que ha costado unos 250 millones de dólares, la adaptación de un clásico de animación más costosa.
‘Mulan’ era la gran apuesta de entretenimiento para esta temporada, con una decidida vocación por el público asiático y un registro ya batido: La película más cara jamás dirigida por una mujer, la cineasta Niki Caro.
Disney ha tirado la toalla y lanzará esta superproducción por su plataforma Disney+. Es un movimiento sin precedentes para el estudio cinematográfico, que se ha mantenido fiel a los cines y estos le han devuelto más taquillazos en los últimos cinco años.
Ni la gran “premiere” celebrada en el Dolby Theatre de Hollywood el 9 de marzo, cuando las alarmas del coronavirus superaban todos los decibelios, evitó que tan solo dos días después se anulara su estreno. La promoción de ‘Mulan’ no ha estado exenta de polémicas, más cuando su protagonista, Liu Yifei, expresó su apoyo a las autoridades chinas durante las protestas de Hong-Kong.
“Qué vergüenza para Hong Kong”, dijo la actriz, que para mayor vínculo con las circunstancias nació en Wuhan (China), el epicentro de la pandemia a principios de año.
El fichaje de Liu Yifei llegó después de una casting internacional para dar con una actriz que encarnara el espíritu de Hua Mulan de una manera más madura y combativa que la versión de dibujos animados.
La empresa Disney ha tratado de respetar al máximo la cultura y tradición china en la nueva película que, lejos de ser una mera adaptación, entrega más oscuridad y misterio que su predecesora. Los Ángeles (EFE)