Por Roberto PELÁEZ
“De poco sirve el talento, el arte que una lleva dentro si no es capaz de trasmitirlo a los demás, de enseñar, para que otras personas, sin importar la edad, también crezcan, hagan realidad sus sueños”, advierte la conocida pintora mexicana Ángeles Freire.
“En mi caso, me alegra que mi arte sirva para ayudar a la gente”, reitera la artista, que es de esas que espera que la musa llegue y la encuentre trabajando, a ratos delante de un grupo de niños, otras frente a adolescentes y adultos empeñados en ‘ver surgir’ el pintor que llevan dentro, y más reciente aun, junto a algunos de sus alumnos, en contacto con la naturaleza.
“Siempre digo que cuando enseñar es un arte, aprender es un placer, y en estos momentos nos ocupa gran parte del tiempo lo que hemos denominado ‘Divina ilusión’, que llevo a cabo junto a mi hija Mariam.
“Se trata de preparar, gratis, a unas 22 niñas, comprendidas entre 4 y 14 años, explica, para que aprendan de coreografía, a desfilar en pasarela, conozcan lo básico del modelaje, además de su proyección, sus modales, todo con el objetivo de que se presenten en futuros eventos, en los que serán reconocidas las ganadoras en fotogenia, popularidad, simpatía... es una manera de retomar lo que muchos conocimos con el nombre ‘Bella dama latina’, es una especie de taller integral de formación.
“La más sobresaliente entre las jovencitas tendrá su fiesta de 15 años, y de las menores su cumpleaños, será algo muy lindo para reconocer su dedicación y entrega, a la hora de encaminar el talento”, significa Freire.
“Por otro lado no descansamos con lo de los talleres de pintura, ya organizamos el denominado ‘Despertando tu creatividad’, con niños de seis años en adelante, y en caso de que se acerquen pequeñines de menos de seis, interesados en aprender al menos lo básico de la pintura, pues haremos un taller especial para ellos.
“Esto de los talleres de pintura, subraya, es algo hermoso, muchas personas ‘descubren’ un talento que no conocían, aprenden, ven sus primeras piezas, y eso las motiva, y lo mismo sucede con quienes me acompañan fuera de la ciudad para pintar paisajes, disfrutar de la naturaleza, el entorno... es una experiencia tremenda”, sostiene la pintora.
“En las clases le comento a los alumnos que ‘la imaginación es el principio de la creación; imaginas lo que deseas, persigues lo que imaginas, y finalmente creas lo que persigues’, es así de sencillo; muchas personas que se acercan escuchan, aprenden, toman por primera vez un pincel en sus manos, no conocen de lo que son capaces, y luego se deslumbran, comienzan a ‘descubrir otro mundo’, el mundo que se abre ante sus ojos.
“Tengo también el reto, una de mis aspiraciones, que es enseñar a pintar a niños que tienen alguna discapacidad, ya tenemos experiencia, se trata de que el pequeño ponga a un lado la discapacidad y se crezca, tome el pincel en sus manos y pinte, deje volar los sueños... es algo maravilloso, que también pienso, permite crecer el arte que una lleva dentro, porque vuelca en otras personas algo que lleva muy dentro, ayuda que salga a relucir el talento de muchas personas, y eso es también aprendizaje, más aun para una artista que apenas se da descanso”, resalta la oriunda de Torreón, en el estado mexicano de Coahuila.