Los fríos vientos del invierno y las bajas temperaturas reducen los niveles de humedad de la piel y eliminan sus defensas naturales. Estos cambios pueden hacer que la piel se muestre seca, irritada y escamosa. Con la piel sensible es posible que los síntomas sean aún más severos
Es necesario incorporar cosméticos adicionales en invierno que ayuden a restablecer el equilibrio de la piel aporten nutrición y elasticidad, más cuando se trata de piel sensible.
Si te preguntas cómo cuidar la piel sensible en invierno, el siguiente bálsamo natural te será de gran utilidad: Una cucharada de cera de abejas; 25 mililitros de aceite de coco; 12 mililitros de aceite u oleato de caléndula, y 10 gotas de aceite esencial de lavanda
Vierte la cera de abejas y el aceite de coco en un envase. Pon el envase en una vasija con agua que cubra la mitad del recipiente. Calienta al Baño María y remueve la mezcla con suavidad. Una vez que se hayan derretido los ingredientes y se haya creado una mezcla homogénea, retira del fuego e incorpora el aceite de caléndula y el aceite esencial de lavanda.
Mezcla bien todos los ingredientes y guarda el bálsamo en un frasco de cristal opaco para proteger el producto de la luz.
Úsala a diario como crema hidratante.