Siempre piensas en un helado, chocolates u otros alimentos llenos de calorías, más tras un día agotador, debes saber que no estás solo, hay muchas personas que buscan en los alimentos un tipo de satisfacción, más allá de su sabor, sufren los efectos de la ansiedad.
La ansiedad por comer, dicen los expertos, se desencadena por el estrés, la tristeza o la soledad. Debido al ritmo de vida que llevamos, añaden, es frecuente que tengamos problemas relacionados con la ansiedad. Se trata de un estado emocional estresante y displacentero que provoca un sentimiento de nerviosismo y desasosiego.
La ansiedad puede desencadenar problemas, sensación de nerviosismo, aumento del ritmo cardíaco, respiración acelerada, sudoración, temblores, falta de concentración y dificultad para conciliar el sueño.
Para disipar la ansiedad muchas personas comen cualquier cosa, y establecen malos hábitos alimenticios, que desencadenan padecimientos como obesidad y diabetes.
¿Por qué encontramos alivio en la comida? ¿Qué desencadena el deseo incontrolable por calmar la ansiedad comiendo? ¿Por qué comiendo encontramos placer?
“Cuando comemos por ansiedad consumimos productos que dañan nuestra salud”, precisan. “Ingerimos alimentos ricos en carbohidratos, grasas saturadas o sal. “Cuando tenemos emociones negativas (ansiedad, malestar emocional, estrés, aburrimiento, tristeza o soledad) comemos estos alimentos. Salimos y encontramos lo que se nos antoja o que nos va a generar sensación de placer”.
El hambre se puede entender como “una respuesta fisiológica normal que tiene nuestro organismo a causa de un vacío en el estómago y necesitamos la energía que proporcionan los alimentos para las actividades diarias.
Advierten además que “comer por ansiedad” está más encaminado a encontrar placer que a una necesidad fisiológica.
