Una vez más se extienden las manos solidarias

Por Roberto PELÁEZ

“No soy pesimista, realmente pensé que no íbamos a volver a la Fase 1, pero ya usted ve, aumenta el número de casos reportados, otra vez algunos centros de trabajo cerrados, y nosotros en la fila para conseguir alimentos”, comenta Aaron Castañeda.

Oriundo de Tijuana, México, asentado en Las Vegas desde el 2001, trabaja primero en la construcción, y desde el 2018 en un restaurante, agrega que está acogido al desempleo, pero no alcanza el dinero y -apunta- busco los bancos de comida.

El martes 14, sobre la Mojave para incorporarse a Harris hasta el estacionamiento de una escuela donde distribuyen alimentos, Castañeda es uno de tantos nevadenses en la línea desde temprano, con su cubreboca y sin salir de su SUV Ford Escape.

Por otro lado el joven Álvaro Zelaya, quien acude a la Iglesia Central, con sede en Henderson, platica del orgullo que siente al formar parte de un grupo de personas que entrega alimentos a familias necesitadas.

“Pensaba que estábamos saliendo del problema del virus, y ahorita es mayor la cantidad de contagiados, por eso a mis compañeros de la iglesia y a mi nos emociona poder ayudar, facilitar leche, huevos, frutas, pan, a muchas personas, y lo hacemos en varias partes de la ciudad, no sólo en Henderson donde dice se localiza la sede de la Iglesia Central”, subraya con optimismo.

“Debemos dar gracias porque en medio de tantas personas enfermas, señala, de más casos reportados, de fallecidos, somos privilegiados al tener la posibilidad de recibir alimentos de parte de Three Square, y de manera disciplinada los entregamos a las familias, le aportamos un poco de luz y le damos gracias al Señor.

“Lo que hacemos, añade, es organizar en bolsas los alimentos, e incluso útiles escolares, para que la entrega fluya, la línea es larga, desde allá en Mojave, sin embargo avanza rápido, cuando comienza la entrega, todo es más #ágil”, acota Zelaya.

“A nosotros nos facilitan los alimentos, reitera, y en diferentes partes de la ciudad acondicionamos todo, organizamos la entrega, nos sentimos útiles”.

Castañeda se acerca a este reportero y resalta: “mire, llevo leche, papas, pan, naranjas, fresas, latas de frutas en almíbar, huevos... es una ayuda, y lo agradezco, un dinero que nos ahorramos”.

Los integrantes de la Iglesia Central argumentan que su mensaje es como dice la palabra del Señor (la Biblia), cada día tiene su afán, entonces la gente no debe preocuparse hoy, están allí para ayudar, en alusión al Nuevo Testamento(Versículos 25 y 26 de Lucas).

Mariana de la Fe, quien vive cerca de Harris y Mojave, se incorpora a la línea en compañía de su hija, y aprovecha para señalar al semanario El Mundo “Debemos ser siempre agradecidos, para mi hay acciones que en los momentos más complejos pues cobran más relevancia, y sabemos que éstos son días angustiosos, la gente quiere saber dónde hay alimentos, llamar insistentemente y aplicar para el desempleo, en los mercados hay estantes vacíos, la gente ahorita acapara menos, pero aumenta el número de personas contagiadas, de fallecidos, es muy triste... entonces recibir bolsas con comida es un alivio”, sostiene. 

 

“Lo mejor, advierte Zelaya, es que hay necesidades, lo sabemos todos, son tiempos complejos, pero no falta la ayuda; muchas personas cobran el desempleo, se acercan a los bancos de alimentos, hacen líneas de manera organizada, y otro grupo de personas, entre ellas las de la Iglesia central, pues apoyamos, y somos nosotros los agradecidos, tenemos muy en cuenta que dar es mejor que recibir... sentimos una satisfacción interior que no sé explicarla muy bien, pero está ahí”, reitera. 

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