Socorro Ulloa: enamorada del modelaje

Por Roberto PELÁEZ

Socorro Ulloa, de Hermosillo, Sonora, supo desde niña que iba a ser modelo. Tuve una infancia feliz, señaló, vengo de una familia numerosa, se imagina, ocho hermanos, siempre unidos, de la mano de mamá... tuvimos etapas buenas y otras no tan buenas, pero siempre unidos y eso es muy lindo, remarcó.

A los 12 años, recordó, ya estaba en el canal 12 Televisa Hermosillo, ahí modelaba, después comencé a hacer comerciales, y en la escuela pertenecía al grupo de bastoneras, tomaba las clases normales y participaba en todos los eventos, subrayó. Entonces ya el modelaje me atraía, no sé cuántas horas al día hablaba de modelaje, eso era -y es- lo mío, puntualizó. 

Cuando la maestra del grupo de bastoneras no pudo estar con nosotras asumí la dirección, con sólo 15 años atendía a más de 40 niñas de entre 12 y 14 años.

 

A la ciudad de Las Vegas

Vine a Las Vegas en 1999, continuó la entrevistada, más que todo para ayudar a mi hermana mayor Rosa Isela, ella me necesitaba en aquel momento, nunca me pasó por la mente la idea de quedarme... cuando tenía previsto irme mi hermana no disponía del dinero para mi regreso, entonces comencé a buscar trabajo, fui al Centro Comunitario Stupak con el poco inglés que hablaba, apliqué y me aceptaron.

Conseguí reunir el dinero para el viaje y me fui a Hermosillo en el 2000, pero allá fue a buscarme Jason Brynteson, a quien conocí en el Stupak, iniciamos una relación y al año siguiente nos casamos, estamos juntos hasta hoy y tenemos dos niños, de 12 y 3 años, respectivamente; siempre he contado con su apoyo, y eso vale mucho, añadió sonriente.

Al regresar a Las Vegas gané el concurso Miss Latina-americana, prosiguió Ulloa, se me abrieron puertas para estudiar, y eso es algo que me gusta mucho, creo que siempre hay tiempo para aprender. Tuve una maestra de modelaje que me señaló: si consigues mejorar tu inglés, con tu talento puedes llegar lejos, y no eché su consejo en saco roto... como le dije antes, vivo enamorada de todo lo que tiene que ver con el modelaje.

Hoy trabajo en lo que más me gusta, atiendo a un grupo perteneciente al Comité Patriótico Mexicano, lo forman 20 niñas y dos niños, de entre 5 y 16 años, además tengo otro grupo, de 16 niñas (de 7 a 16 años).

A una pregunta de El Mundo la experimentada maestra aseguró; hablo mucho con mis alumnos, les insisto en que traten siempre de ser ellos mismos, que no finjan, le doy clases de teoría y practica, pero no dejo de decirles que se inclinen por lo que más deseen, se muestren siempre de la manera más natural, que trasmitan seguridad en sus presentaciones.

Sobre lo que debe comer una modelo, la entrevistada externó, les digo que coman de todo, con moderación, y les insisto: se deben aceptar como son. Les recuerdo que dieta no quiere decir dejar de comer, es más bien un estilo de vida.

 

Yo misma, argumentó, como seis veces al día, pero con moderación, cero comida chatarra, y le dedico tiempo al gimnasio; sabe, cuando le digo lo de comida chatarra sé que ello exige un esfuerzo, en un tiempo me tomaba hasta ocho refrescos (soda), pero primero disminuí la cantidad, luego comprendí que no lo necesitaba, prefiero las ensaladas, los huevos, jugos naturales, pescado, pollo, frutas, aguacate, queso... pero hace falta fuerza de voluntad, concluyó.

Top