Por Roberto PELÁEZ
Avanza julio, y sin el menor ánimo de alarmar, la situación respecto al Coronavirus continúa tensa, las estadísticas, que en este caso no tienen nada de frías, llaman a no descuidarse ni un minuto, a cumplir cabalmente las indicaciones, con el propósito de evitar contagios y la propagación.
Cifras recientes dejan sentado que el total de casos está por encima de los 20 mil, mientras las hospitalizaciones superan las dos mil.
Lamentablemente el número de fallecidos sobrepasa los 450 en el estado, y en la última semana se han reportado unos 3 mil 800 casos. Todo lo anterior deja sentado que no se puede bajar la guardia, nadie puede confiarse, ni por un minuto.
Si alguien pensó que con la apertura, el regreso al trabajo de centenares de personas, el riesgo era considerable, lo visto hasta el momento le da la razón, entonces nadie puede saltarse las medidas de protección adoptadas. Este es un momento en que la disciplina y la responsabilidad, la conciencia, son puestos a prueba.
Lavarse las manos con frecuencia (por no menos de 20 segundos, con jabón o antibacterial), usar guantes en algunos lugares y para diferentes actividades, mantener el llamado distanciamiento social, que el uso del cubreboca sea un hábito indispensable, deben ser el clásico abc mientras aparece la vacuna que de al traste con esta pandemia que lo ha cambiado todo.
No resulta descabellado considerar que alrededor del próximo domingo 19, tal vez el lunes 20, la cifra de casos ‘vuelva a dispararse’, pues familiares, amigos, vecinos, pusieron a un lado lo del distanciamiento social y decidieron compartir, celebrar juntos el Día de la Independencia, sin reparar en riesgos.
Quede claro que estos no son tiempos de juntarse, de compartir, de dar paso al reconocido cariño (de besos y abrazos) que identifica a los hispanos, ya tendremos tiempo para eso... estamos deseosos de que llegue ese momento, más que todo para abrazar a los padres, la esposa, los hijos, los nietos, los sobrinos, los vecinos, los amigos, los compañeros de trabajo, pero ojo, hoy urge actuar con cautela, no vale descuidarse, el riesgo puede ser muy alto.
Es necesario cerrar puertas a la propagación y el contagio, extremar las medidas de higiene, salir de casa a lo imprescindible.
Por favor, nadie debe creer que se exagera, son momentos de poner a prueba, junto a la disciplina, el deber, el compromiso, la conciencia, hacer las cosas bien, como se indica, por uno mismo y por los demás.
A estas alturas, con los fallecidos, los hospitalizados, los contagiados, las tremendas afectaciones económicas, algo está claro... al Coronavirus le ganamos todos, pero unidos.