Por Rafael ROMERO
“Las palabras y tus actos tienen consecuencia en tu vida, y -muchas veces no reparamos en ello- también en la de los demás”, reflexiona la conocida sicóloga Dulce Guzmán, al referirse a la importancia de llevar una vida plena... y ponerse en los zapatos de los otros.
“Siempre, apunta, le comento a quienes se acercan deseosos de obtener conocimientos, recibir instrucciones, relacionadas precisamente con la vida plena, que se puede conseguir ésta sin necesidad de dañar la vida de los demás, sin herir, interiorizando que es importante estar en conexión con tu ser y respetarte a ti mismo, en primer lugar”, argumenta.
¿Cómo se traduce lo anterior?
“Cuando te pones en el lugar de los demás, enfatiza la entrevistada, quieres ser con ellos como deseas que sean contigo (porque te respetas) entonces te esmeras en ser cuidadoso, amable, respetuoso... claro, esperas que también lo sean contigo; sencillamente te pones en el lugar de tu interlocutor o de las otras personas.
“Si esas personas, o algunas de esas personas, no actúa (n) de la misma manera contigo, o sea, no corresponden de la misma manera, si actúan de manera egoísta, prefieren o anteponen sus intereses banales a tu bienestar espiritual y mental, entonces debes adoptar una decisión... una vez más es el momento de ocuparte de ti mismo”, enfatiza Guzmán. Y añade: “es así, o debe ser así de sencillo, solo que a algunas personas les cuesta (es trabajoso) adoptar tal decisión, pero recuerda, debes ocuparte de ti mismo, no eches estas palabras en saco roto”, subraya.
“Sucede, advirtió, que no puedes controlar como alguien actúa, sin embargo tienes todo el poder para saber qué lugar le das a esa persona en tu vida, en qué lugar la colocas, y eso dice mucho del respeto que sientes por ti mismo... te puedes preguntar por qué permito que me traten de esta forma”, insistió.
“Es indispensable considerar lo siguiente, recalcó, se trata de actitudes que pueden influir sobremanera en tu felicidad, expresó, en tu bienestar, en tu salud, es conveniente que comprendas que NADIE tiene derecho a estropear eso con palabras y acciones, menos aún si eres amable y respetuoso con esa otra persona.
“Cuando decimos cuidarnos nosotros mismos, prosigue, muchos piensan en comer sano, hacer actividades físicas, dormir las horas necesarias, hidratarse, sin embargo es importante reparar en la forma en que nos tratan, las palabras y acciones hirientes, que atentan contra nuestro bienestar, nos estresan, y eso daña”, explica.
“Como velas por tu alimentación, sentirte y verte bien, priorizas tu apariencia, vela la forma en que te tratan... cuídate tu mismo”, concluye.
