Por Roberto PELÁEZ
Comienza el mes en que miles, millones, se juntan para conmemorar las fechas más trascendentales de sus respectivos países.
El Mes de la Herencia Hispana cala en todos con fuerza inusitada. Las conmemoraciones, de alguna manera, tienen mucho de fiesta. Definitivamente no hay nada más digno que la Libertad, la Independencia.
La comunidad hispana del valle vibra, se estremece, corren jornadas en que se platica del aniversario 203 de la independencia. Los oriundos de Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Honduras, se juntan para recordar la fecha sagrada de la patria. El 15 de septiembre es el día grande.
Para los mexicanos el 16 de septiembre adquiere una importancia enorme. Es el momento de conmemorar, de recordar a quienes “¡nos dieron patria y libertad!
Favor de no confundir la fecha con el 15, efemérides que marca el trascendental ‘Grito de Dolores’.
Se suceden los eventos, unos con más envergadura o connotación que otros, pero todos con un hilo conductor que lleva a la historia. En el Craig Ranch Regional Park, el East Las Vegas Community Center, el Winchester Dondero Cultural Center, el Hollywood Recreation Center, visten sus mejores galas, la ocasión lo amerita.
Se ha platicado y escrito mucho de múltiples actividades, sin embargo no puede pasar inadvertida la que cada año los hidalguenses materializan en el Winchester Dondero Cultural Center, quizás no tan ‘grande’ con tanta publicidad como otros eventos, pero incuestionablemente relevante.
Los hidalguenses liderados por Isidro Maqueda y Juan Rómulo aprovechan para dar a conocer y promover su cultura, recordar a los héroes, entregar reconocimientos, agradecer a las autoridades y a quien funge como su ‘madrina’ Irma Varela.
Salen a relucir los tejidos en punto de cruz utilizados en mantillas y cojines, conversan de artículos tejidos en palma y plástico, sombreros, canastas, floreros, abanicos, tapetes... también hablan de barbacoa, es más, aseguran que su gastronomía es una de las más representativas de México.
Para beneplácito de muchos los hidalguenses muestran un trabajo sólido en lo relacionado con el programa de reunificacion familiar, y en mantener vivas lenguas indígenas, algo hermoso, noble, y lo que es mejor, acercan a los niños.
Los centroamericanos (ticos, salvadoreños, nicas, hondureños y guatemaltecos), desde hace años, gracias a una iniciativa del otrora cónsul Tirso Sermeño, celebran su independencia en una actividad que cobra fuerza, echa raíces y consolida. La gesta emancipadora de cada una de esas naciones permite recordar a Gregorio José Ramírez (Costa Rica), Tomás Ruiz y Miguel Larreynaga (Nicaragua), Manuel José Arce (El Salvador), Dionisio de Herrera (Honduras), y por supuesto el nombre del bien llamado ‘Libertador de América’, Simón Bolívar.
Cada uno de esos eventos, año con año, es una especie de vitrina para la cultura, las costumbres, las tradiciones, el mostrar vestidos coloridos, platos típicos, música, danzas... es una manera de honrar, recordar a los héroes también a través de la cultura, algo loable, digno de aplaudir.
Mexicanos y chilenos no se quedan a la zaga, los primeros organizan diversas actividades (son varios grupos comunitarios), también abren las puertas a la cultura, comienzan con el ‘Grito de Dolores’, recuerdan a Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama, José María Morelos, Josefa Ortiz, Vicente Guerrero, todo ellos vinculados de manera indisoluble a la historia de México.
Inicia precisamente este domingo 15 de septiembre una serie de acontecimientos, encuentros entre personas asentadas en el valle, de diferentes nacionalidades, dirigidos, por encima de todo a exteriorizar la historia, rendir homenaje, sin perder de vista que la mejor manera de honrar a los héroes es el cumplimiento del deber, de avanzar en la educación, la cultura, tratar de hacer siempre lo mejor para la familia y la comunidad. De eso se trata.