Por Roberto PELÁEZ
Enfundados en sus playeras blancas, los niños corren en las canchas de la escuela Cashman, próxima a Desert Inn y Arville, bajo la atenta mirada de los técnicos Francisco Martínez y Juan Pérez.
Sentimos mucha satisfacción por la labor que llevamos a cabo, esto lo hacemos de manera voluntaria, porque llevamos el futbol en la sangre, apunta Martínez, quien funge como el DT del equipo Guerrero... aquí estamos todos los días, casi cayendo la tarde, después que terminamos en el trabajo y los niños en su escuela, esto exige sacrificio, pero tiene que ser así para recoger los frutos.
Muchos de esos niños comenzaron aquí en cero, no sabían jugar ni siquiera patear un balón, asegura Pérez, y hoy es bien distinto, Omar Morales, Jonathan Pérez, Aldo y Alan Carmona, Eric Villanueva, son de los mejorcitos en el valle, junto a Bryan Pino y Francisco Prudente, son pequeños de estatura, pero ya ganaron medallas y trofeos, jugaron finales contra Takis en bajo 9 y bajo 10, abunda.
Martínez da una palmada y los niños se acercan, lo rodean, les da algunas instrucciones, y se vuelve, ofrece sus impresiones para los lectores de El Mundo, así, es, ellos se han hecho futbolistas aquí, saben tirar a puerta, defender, hacer buenos pases... pero lo importante es que defienden los colores de su equipo y representan al lugar donde nacieron sus padres: Guerrero, por eso queremos que sean buenas personas, estudien, sean mañana profesionales, y ayuden a sus familias y a la comunidad, sean un ejemplo, eso es lo más importante.
Platican de los rivales que pueden encontrar en la Clark County Soccer League, de la defensa contraria para frenar a Omar Morales, un goleador natural, dice Martínez, de su edad no hay muchos con sus habilidades en el valle, me gustaría jugar contra el Inter United o el Diversity FC pero son equipos de Las Vegas Valley Soccer League.
