Los jóvenes no sólo deben ser amados, sino que deben notar que se les ama.
El tiempo no se detiene, casi como en un sueño Ediht Méndez vio a su pequeña Yaretzi, a la niña a la que ponía las manos sobre los hombros, convertirse en una mujercita.
Valió la pena la espera. Víctor Méndez y Ediht aun están emocionados, coinciden al expresarle a su hija amada: “En un ‘abrir y cerrar de ojos’ te has convertido en una señorita; comienzas una nueva etapa de tu vida, en que cada despertar es sencillamente maravilloso”.
“Ante todo damos las gracias a Dios por habernos permitido celebrar la quinceañera a Yare -dijo la madre-, en su momento tuvimos que posponerla por las circunstancias que todos conocemos, pero fue una linda espera, con muchas expectativas y emociones... fue realmente muy emotiva, el aplazamiento nos permitió soñar a todos”, comenta la madre.
“Agradecemos tener la posibilidad de presentar a nuestra hija ante la sociedad, sabemos que comienza una nueva etapa de su vida, en que deja atrás la niñez”, apuntan los padres de la homenajeada, y reiteran su agradecimiento al Señor.
La Misa tuvo lugar en la Iglesia Católica St Bridget Roman, “estuvo cargada de simbolismo, explica Ediht, se le dio la bienvenida a la pubertad, fue la presentación de la quinceañera ante Dios y la comunidad, para hacer más sólido el compromiso de ella con su fe... sabemos que la Biblia, la corona, el ramo, tienen un extraordinario significado espiritual”.
Los progenitores comentaron a la joven: “la vida te espera con los brazos abiertos para que la disfrutes y llenes tu corazón de nuevos sentimientos; tienes en la palma de tu mano la juventud, la belleza, la vida... sé feliz. Contagia de tu risa y buena voluntad al mundo entero”.
La recepción se efectuó en Ruby’s Banquet Hall, y los caballeros que acompañaron a la señorita fueron Diego Méndez, Chris Tovar, Bautista Silva, Bryant Guízar y Grant Zobrak.
Yaretzi, a partir de ahora te esperan bellas sorpresas y un mundo nuevo por descubrir. Feliz Cumpleaños.
Disfruta lo que el presente tiene para darte y lo que tus padres, con el favor de Dios, han preparado para ti.