Por Nuestros SERVICIOS
Al momento de redactarse estas líneas no habían llegado a un acuerdo significativo los representantes de las compañías hoteleras y la Unión Culinaria, sin embargo, no todo está perdido, restan algunas reuniones, una de ellas señalada para el próximo 30.
Quiere decir que aunque la porfía continúa, aunque hay posibilidades de llegar a ‘buen puerto’ y no sea necesario ir a huelga, algo que el 95 por ciento de los sindicalizados consideran una opción si no hay acuerdos.
Los afiliados a la Unión Culinaria, que el pasado miércoles se dieron cita en cantidad considerable en el Strip de Las Vegas, quieren mejores condiciones de trabajo, un salario superior, seguridad.
“Los dueños de hoteles deben reconocer que nuestros salarios no alcanzan, todo ha subido de precio, nadie quiere ir a huelga, pero llegado el momento estamos dispuestos”, advirtió Juan Romero.
Recientemente la Unión Culinaria sostuvo una reunión con exponentes de MGM, Caesar Palace, Bellagio, New York New York, Luxor, Excalibur, Aria... lamentablemente no se llegó a un acuerdo que dejara satisfechos a ambas partes, de ahí que continúen las protestas.
Dignorah Barnes, empleada de hotel, ofreció sus impresiones para los lectores del semanario: “absolutamente nadie se beneficia con la huelga, o sea, ésta no conviene, sin embargo no podemos desistir en nuestros reclamos, queremos seguridad, un salario superior, y mejores condiciones para realizar nuestra labor”, insistió.
“No estamos ajenos a lo que significan los hoteles para esta ciudad, el turismo, abundó Barnes, de origen guatemalteco, por eso digo que todos nos veríamos afectados por la huelga, pero hay que situarse también en los zapatos de los empleados, tener una idea exacta de las condiciones de trabajo, de la necesidad de un mejor salario y otros beneficios, incluyendo la seguridad”, expresó.
El miércoles 25 centenares de empleados de hoteles protagonizaron una protesta en el Strip, muchos portaban carteles en los que reclamaban un nuevo contrato, mientras que un grupo de turistas y transeúntes les dedicaban palabras de aliento, es más, calificaban a los protestantes de valientes por defender sus derechos.