Por “amenazas de muerte” venezolanos llegan buscando asilo

Por Alexander ZAPATA

“A cada protesta a la que asistíamos era peor la represión. Bombas, perdigones, y grupos armados contra civiles con pancartas. A pesar de ello uno seguía en la calle, buscando libertad. Pero cuando comenzaron las llamadas, cuando ya me convertí en un objetivo directo de amenazas de muerte, me di cuenta que ya no podía más”

Hoy con calma Andreína Pacheco, una joven de 27 años y con estudios universitarios en educación, trata de armar el rompecabezas de lo que fue su vida en estos años de crisis en Venezuela. A pesar de la tranquilidad que genera estar en los Estados Unidos “donde la dictadura de Venezuela nada puede hacerme”, aun se le nota ansiosa cuando relata el horror que ella y su familia vivieron por oponerse al gobierno de Nicolás Maduro.

“Mi familia ha estado en la política por años. Mi padre, ha resistido a los Gobiernos de Hugo Chávez y Maduro desde la oposición, como candidato incluso a la Asamblea Nacional, por lo que la política siempre ha formado parte de nuestra vida”, comenta Andreína mientras se prepara para ir a limpiar departamentos, labor que ha conseguido temporalmente para poder llevar un sustento a su hogar.

Andreína hace una pausa para seguir su relato. Su voz está entrecortada, sin embargo toma aire y prosigue: “Las llamadas eran muy violentas, específicas. Me decían a dónde había ido, qué lugares frecuentábamos. Me llamaban puta, me amenazaban con secuestrarme, torturarme y desaparecerme si seguía protestando. Y con la policía del lado del gobierno, ¿cómo hace uno para denunciar?”.

Fue esta misma pregunta la que le hizo entender que sólo había una solución posible, una realidad que había visto en otros y jamás pensó tendría que vivir: “Entendí que la situación ya era de vida o muerte. Me vine con el alma rota, pero si me quedaba me mataban, o peor, me desaparecían. Me tocó el exilio, como a otros miles de venezolanos”, nos relata desconsolada desde su exilio que apenas comienza.

Éxodo masivo

Se estima que el éxodo de Venezuela se disparó en 2014. Ya para la fecha organizaciones no gubernamentales hablaban de más de 2 millones de venezolanos viviendo en el exilio. Hoy la cifra se acerca a los 5 millones, un hecho histórico en un país que fue hogar para miles de inmigrantes en el pasado por el futuro promisorio que se le proyectaba.

Sin embargo, con la llegada de Chávez al poder y producto de las tensiones políticas entre su partido y la oposición, el país se hundió en una espiral de violencia y crisis social y económica, que ha tenido un nuevo brote o episodio en este 2017, con dos meses de protestas, miles de detenidos, cientos de heridos y la cifra lamentable de 62 muertes, hasta este 22 de mayo.

Y es precisamente esta violencia la que ha impulsado a personas como Andreína a solicitar la protección del Gobierno de los EU bajo la figura del Asilo Político. Ella es uno de los miles de ciudadanos que han convertido a Venezuela en la primera de la lista en lo que respecta a la petición de este proceso migratorio.

Tan solo en marzo, la Oficina para los Servicios de Inmigración de los Estados Unidos indicó que más de 3 mil 400 venezolanos solicitaron asilo político, superando a China quien dejó un registro de mil 900 peticiones en el mismo mes.

Y mientras el éxodo masivo de venezolanos sigue creciendo, las protestas dentro y fuera del país sudamericano en contra del gobierno del presidente Maduro no se detienen. El 20 de mayo, a las afueras de las fuentes del Bellagio, en pleno corazón de Las Vegas, al menos 50 personas con pancartas denunciaron los abusos de poder en Venezuela.

 

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