Por Roberto PELÁEZ
La escuela instruye y la familia educa
Le quedan horas a las vacaciones de verano. Se multiplica el ajetreo de los padres, que buscan todo lo que los alumnos van a necesitar para encarar el ciclo escolar 2023-2024.
Desde el venidero lunes 7 las calles ‘vestirán’ un color distinto, el de la alegría, el de miles de niños, adolescentes y jóvenes que van y vienen de la escuela, junto a ellos muchos padres, maestros, directivos, además de camiones amarillos, conductores a los que se insta a ser precavidos en extremo.
Claro que en los primeros días será ‘más pesado’ levantarse temprano, poner a un lado los juegos, pero es relevante que cada estudiante interiorice que el esfuerzo tiene su recompensa. Con el tiempo mirarán atrás y coincidirán: “aquellos en la escuela, con los amigos, fueron los mejores momentos de mi vida, los más felices”.
Tampoco se puede perder de vista que a las horas en la escuela, las dedicadas a hacer las tareas, deben seguir las no menos relevantes del descanso y el juego. Es el momento marcado para juntar fuerzas, dedicación, entrega por parte de los alumnos, los maestros y los padres, cada uno de ellos debe desempeñar un rol de importancia capital.
Toca a los padres interesarse por servicios de comida, transporte, lo concerniente a salud y vacunas, conocer a los agentes de la Policía Escolar, estar MUY ATENTOS a los peatones.
La enseñanza que deja huellas no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón. Lo que se de a los niños ellos lo darán a la sociedad.
Desde el próximo lunes padres y maestros deben hacer suyas frases como estas: gracias por tu asistencia, te lo agradezco; estoy orgulloso de ti; sé que es difícil para ti pero estoy seguro que lo conseguirás; si te equivocas no pasa nada, estás aprendiendo; estoy junto a ti, no tengas dudas en solicitarme; no te rindas, la última llave es la que abre la puerta; estás más cerca que ayer del éxito; confío en ti, con esfuerzo y persistencia lo conseguirás...