Por Roberto PELÁEZ
Informarse y prevenir accidentes fueron las palabras que primaron el pasado sábado 20 en áreas de Lake Mead, en las proximidades de Hoover Dam donde acudieron más de 120 personas para recibir folletos, chalecos salvavidas, y por supuesto, divertirse.
Exponentes de varias organizaciones, entre ellas Coalición Preventiva de Ahogamiento Infantil del Sur de Nevada (SNCDPC, por sus siglas en inglés), aprovecharon de manera excelente la fórmula de aprender y divertirse.
Muchas personas aprovecharon la entrada gratis al área del Lake Mead y aparte de divertirse -en una jornada didáctica que incluyó hasta ejercicios demostrativos de rescate-, volvieron a casa con folletos contentivos de medidas de seguridad, y chalecos salvavidas, muy útiles cuando de ir en bote o nadar se trata.
Los organizadores no se anduvieron con rodeos y llamaron la atención de los asistentes al referirse a las estadísticas que registran un promedio de 28 ahogamientos al año, en gran medida por no poner en práctica las medidas de seguridad, incluso debido a la ingestión de bebidas alcohólicas y el consumo de drogas.
La vida es una sola, es el mayor regalo que recibimos, y es preciso cuidarla, insistieron, siempre será mejor prevenir que lamentar, reiteraron los de SNCDPC en medio de un ambiente agradable y un grupo de personas receptivas que escucharon con atención.
Para que un paseo solo, en pareja, en familia, no se convierta en tragedia, resaltaron, es menester que las personas estén alertas, cumplan las medidas indicadas, de ahí el slogan: ¡Ponte listo! ; no faltó, por supuesto, el llamado a cuidar la naturaleza no se hizo esperar y se instó a los ‘excursionistas’ a no dejar basuras en los alrededores después de acampar... la naturaleza es nuestra amiga, podemos disfrutar de ella, apreciar su belleza, pero se impone cuidarla, insistieron.
Aparte de las instrucciones para ponerse de manera correcta el chaleco y evitar cualquier percance con él, los organizadores -dejó sentado Baldemar González, integrante de SNCDPC-, no podemos cansarnos en esto de instruir, volver una y otra vez sobre las medidas de seguridad para evitar incidencias negativas, ver descender el número de tragedias es nuestro objetivo fundamental, remarcó.
Ni cortos ni perezosos los de la mencionada organización aprovecharon para intercambiar informaciones sobre diferentes estrategias destinadas a evitar ahogamientos, además de facilitar la relación del nadador o excursionista con quien tiene el firme propósito de salvar vidas... un amigo que sin dudas siempre es bienvenido.
¿Son importantes este tipo de eventos? Sí, y es bueno que se repitan. Echemos un vistazo a las estadísticas que hablan por sí solas:
87 ahogamientos por el uso inapropiado del chaleco salvavidas; 39 accidentes en vehículos motorizados; 13 accidentes en botes o lanchas, y por si fuera poco, seis fallecidos por exposición a altas temperaturas.
Se habla y escribe mucho del asunto, pero los números indican que aún no es suficiente, hay personas que prefieren ir de brazos con la irresponsabilidad y la negligencia. Urge cerrar filas.
Las indicaciones relacionadas con la prevención no se limitan a quienes van al lago, por poner un ejemplo, se deben seguir al pie de la letra también en las albercas. Vigile a los niños sin descuidarse un segundo; recuerde colocar barreras defensivas entre su hijo y la piscina; llévelo a las clases de natación (resultan un regalo para toda la vida), aprenda de primeros auxilios, tenga un vigilante presto a llamar al 911 ante cualquier incidencia.
Por ningún concepto, amigo lector, olvide las cuatro letras del abecedario preventivo:
A.- Adultos designados para supervisar a los niños.
B.- Barrera en la alberca, más aun en las viviendas.
C.- Clases de natación y conocimiento de CPR.
D. Dispositivos de flotación como los chalecos salvavidas.
Ahora lo más importante: corresponde llevar a efecto las recomendaciones.