Por Roberto PELÁEZ
Se dice fácil, pero ver pasar más de 100 ‘cuadros’ diferentes bajo un sol de ‘pocos amigos’ pone a prueba la resistencia, y también -es justo decirlo- el respeto a quienes en largas jornadas engalanan caballos, vehículos, carrozas, bandas de música... para contribuir a un espectáculo como Helldorado que resiste el paso del tiempo.
Vale preguntarse en cuántos desfiles se pueden ver a la vez personas ataviadas con pieles, plumas, exhibiendo evoluciones alegóricas a las danzas indígenas, vikingos, cowboys, carromatos, vehículos de madera, ruecas que permiten recordar a las primeras hilanderas, mineros...
Todo lo anterior como si fuera un viaje en la máquina del tiempo, ‘el regreso a las raíces’, una vuelta al principio, hasta llegar un poco más cerca, entonces desfilan exponentes del ‘The Mob Museum’, de películas relacionadas con la mafia.
Es Helldorado, posiblemente el desfile más pintoresco, con cuadros para todos los gustos y un hilo conductor: la nostalgia. El evento tuvo lugar el pasado sábado 11 a partir de las 10 de la mañana, por la calle Cuarta, desde Charleston rumbo a la Fremont.
“Es una parada muy bonita, muy organizada, apunta Ángel Huerta, pero vengo más que todo por los veteranos, a mostrarle mis respetos, y junto con mis hijos disfruto también las bandas de música de diferentes escuelas... todo muy colorido, carros de principios del siglo pasado”.
“Esta parada nos dice también que la vida ha cambiado mucho, pero no podemos olvidar, afirma Rosa Huerta, esposa de Ángel, vemos también carros muy modernos”, abunda. Ambos son de Michoacán.
Pasa Anastacio del Real, enfundado en una playera roja, con un sombrero para protegerse del sol, está atento al más mínimo detalle, quiere que todo fluya, tiene que ser así para ver pasar 100 cuadros o más en alrededor de tres horas.
Pasan los veteranos y los aplausos no se hacen esperar, es como señaló Ángel, una muestra de respeto. Hay público a ambos lados de las calles, la gente saluda, toma fotos, llama a un conocido, y el de más allá porta un cartel en que se puede leer que la votación adelantada es el sábado 25 de este mes y la general el 11 de junio.
“Así es todos los años, comenta Laura Becerra, de Zacatecas, México, asentada en Las Vegas desde el 2003, pero, sabe lo que no me gusta, que vienen pocos hispanos a verlo, y es algo para no perderse, cuando uno ve 30 carros antiguos juntos, y se mantienen como si fueran del año, apunta, se nota que los cuidan para el año siguiente.
“Trabajé anoche, de viernes para sábado, en un restaurante de comida peruana por Eastern y Sahara, terminé tarde, y aquí estoy, creo que desde que vivo en Las Vegas he visto cerca de 10 desfiles de Helldorado, y no pierden atractivo, una tiene la posibilidad de saludar a algún político. Me gustaría ver a más hispanos”, abunda.
“Desde la esquina de Clark y la Cuarta Leo Núñez toma fotos a los diferentes bloques, tengo muchas fotos de carros antiguos, dice, Helldorado es una excelente oportunidad para tomarle fotos a más de 20 reliquias”, asevera.
“Pasan antes unos caballos muy lindos, pero en mi opinión el trabajo de los voluntarios es lo mejor, están por todas partes, si le preguntas te explican, saben en el orden en que van a pasar todos, hasta la hora y minutos aproximados, y eso es bueno, señala, habla de organización”.
Becerra y Núñez coinciden en que este año hay más bandas musicales de escuelas que el año pasado, muchos niños y adolescentes de academias, explican, y mucha gente resalta la velocidad de internet, es lo que va de ayer a hoy, afirman sonrientes, la vida pasa, dicen.
Pasa el cuadro de niñas dedicadas desde bien temprano al arte, le sigue otras bandas, muy bien vestidas, con instrumentos nuevos, buen cuidados.
Por casi tres horas la gente se divierte y aprende de historia, desde los primeros pobladores, los vikingos y normandos, hasta carros de los primeros años del siglo pasado, hasta la tecnología, el internet rápido.
Ángel y Rosa se despiden... “ahorita a preparar el Día de las Madres, dicen y esperar el otro Helldorado”. Tienen razón, de seguro será un evento para la familia.
