Ofreció la Policía Metropolitana de Las Vegas estudio sobre sexo-traficantes

Por Roberto PELÁEZ

Salirle al paso, reportar cualquier actividad sospechosa de tráfico sexual es una tarea conjunta en que tienen que involucrarse oficiales de la policía, detectives, familiares y la comunidad, es un crimen y no podemos estar indiferentes.

Las palabras anteriores corresponden a Lourdes Castañeda, quien participó el pasado lunes 13 en el estudio que sobre tráfico sexual en Las Vegas durante el 2014 y que ante un centenar de personas tuvo lugar en la sede de la Policía Metropolitana.

Resultó una actividad aleccionadora, rica en detalles y cifras, mediante las cuales se pudo conocer el comportamiento del mencionado delito por grupos de edades, raza, meses, víctimas juveniles, e incluso el historial criminal de los ‘traficantes’, por ejemplo, trascendió que de los 118 sexo-traficantes detenidos un total de 95, el 80,5 por ciento, tenían historial delictivo previo.

Sobre violencia, el informe destaca que 37 por ciento tenía cargo de violencia doméstica, y el 43 por ciento cargo por posesión de arma, se habló además de menores acompañadas de mujeres que las prostituían o practicaban la prostitución.

El estudio en cuestión fue el resultado de la colaboración entre exponentes de la Policía Metropolitana de Las Vegas, la Universidad del estado de Arizona, entre otros. Precisa el informe que en el 2014 se registraron 190 víctimas de sexo-traficantes identificados en 159 casos analizados para el estudio. Se pudo conocer que en un número significativo los sexo-traficantes pertenecían o tenían vínculo con pandillas.

Uno de las maneras más comunes utilizadas por los sexo-traficantes fue a través del romance, y con promesas a la víctimas hasta conseguir convencerlas para que ejercieran la prostitución; de los 159 casos mencionados en 99 de ellos estuvieron involucrados menores. Por sexo el estudio arrojó que de los 118 sexo-traficantes identificados 103 era hombres y 15 mujeres, para el 87,3 y 12,7, por cientos, respectivamente.

Cuando una ve que los sexo-traficantes estaban relacionados con robos, posesión de armas, estafas, drogas, violencia doméstica, abuso de menores, incluso llevaban a las víctimas a otros estados, creo que hay que salirse de la zona de confort, de la casa al trabajo, a las tiendas, al futbol, y atender más a lo que nos rodea, ayudar, reportar a la Policía... hay organizaciones, dijo Castañeda, que facilitan que las mujeres vayan a la escuela de inglés, de computación, a clases de ciudadanía, todo eso está muy bien, pero hay que saber que pasa a nuestro alrededor.

Cuando platicaron de la relación entre sexo-traficante (101) y sus víctimas, 38 eran el mismo novio, 12 amigos, dos novias, una madre... se imagina, hasta dónde vamos a llegar, la misma familia, alguien tan allegado como la misma madre se aprovecha de su hija, es hasta difícil de creer, apuntó, pero insisto, hay que saber qué sucede en el vecindario, ir a la escuela de los hijos, reportar lo que nos resulte sospechoso o cualquier desaparición, acercarse sin temor a la Policía, sugirió.

 

 

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