Por Roberto PELÁEZ
Que alguien se gradúe es motivo de felicidad y orgullo
El pasado martes 17 resultó un día especial en la vida de los jóvenes Garrett Scalley (Sicología) y Aaron Escobedo (Ingeniería eléctrica)... ellos formaron parte de los alrdedor de dos mil estudiantes que consiguieron graduarse en la Universidad de Nevada Las Vegas (UNLV).
El momento tuvo mucho de trascendental, no hay dudas de que para ambos -y para los otros graduados- lo mejor está por venir. El futuro les pertenece. Dicho de otra manera: “al infinito y más allá”. Ustedes son el gran orgullo de sus padres, de la familia Escobedo, y un sentido homenaje a Eddie Escobedo Sr., fundador de este semanario.
El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños
Si familiares o amigos culminan sus estudios, consiguen a fuerza de sacrificio, desvelo, largas horas de estudios, llevar a feliz término sus planes para el mañana (que es hoy), merecen sin dudas el reconocimiento, el respeto de todos, sencillamente porque se trata de un relevante logro en sus vidas.
El esfuerzo realizado, las invitaciones que más de una vez rechazaron para literalmente ‘meterse de cabeza en los libros’, su dedicación y constancia... tienen desde el pasado martes 17 momento su recompensa.
En esta oportunidad llegó a ‘buen puerto’ una clase nutrida, numerosa, tal vez la mayor cifra en muchos años o en la historia de la UNLV, y eso hace de alguna manera más relevante aun lo conseguido por estos jóvenes, ejemplo de consagración y fuerza de voluntad.
No puede obviarse que sólo las personas capaces de comprometerse por completo y asumir grandes responsabilidades son los que logran terminar sus estudios y graduarse. Es aquí donde vale resaltar el esfuerzo de los padres, sus palabras de aliento... ellos siempre están para animar, más aun en los momentos difíciles.
Concluyen una importante etapa de sus vidas, inician ahora otra no menos relevante, son profesionales con todo lo necesario para hacer realidad sus sueños. Felicidades por este excelente logro.
