Por Roberto PELÁEZ
La decepción se ha apoderado de miles de personas amparadas por el TPS, pues los abogados que las representan y la administración del mandatario Joe Biden no se ponen de acuerdo en lo concerniente al futuro del referido programa, por lo que ‘tepesianos’ de El Salvador, Nicaragua, Honduras y Nepal están en riesgos de deportación a partir del venidero 31 de diciembre.
Se da por sentado que las conversaciones entre exponentes del gobierno y los abogados demoró alrededor de un año, sin embargo ese tiempo no es precisamente lo más relevante ante el resultado adverso que literalmente echa por la borda los sueños y aspiraciones de miles de beneficiarios (viven aquí hace más de 20 años) y sus familiares.
Pedro Iglesias es de los decepcionados, “me siento mal, y junto conmigo mi familia, miles de personas que están en las mismas condiciones, aquí no he hecho más que trabajar, declarar los impuestos, nacieron mis hijas, crecieron, estudiaron, y después de más de 20 años vuelven a platicar de la posibilidad de separarnos, es algo que no considero justo”, apunta.
Bajo la ‘sombrilla’ del Estatus de Protección Temporal (TPS) muchas personas trabajaron por años, adquirieron casas, carros, vieron aumentar sus familias, en muchos casos sus hijos este es el único país que conocen, aunque la posibilidad de ser deportados no alcanza a estos últimos.
Integrantes del Centro de Trabajadores Arriba Las Vegas (organización ganadora del Premio Honor por su labor en favor de la equidad) también manifiestan sentirse traicionados. “Es que durante su campaña por la presidencia Joe Biden prometió resolver, ahorita estamos en las mismas condiciones y el tiempo no se detiene, entre la pandemia, las crisis migratorias que tienen lugar en las fronteras, la inflación, el problema es que en poco más de un mes podemos ser deportados después de más de dos décadas de trabajo y promesas que no se cumplen; en ese sentido el presidente Biden nos ha traicionado, es mejor si no puedes hacer algo que no prometas”, expresan.
Como se sabe, el TPS data de la última década del siglo pasado, y gracias a él el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) está facultado para brindar protecciones ante una amenaza de deportación, además permite a los beneficiarios adquirir permisos de trabajo a inmigrantes de 15 países. Tal protección es motivada por conflictos bélicos o desastres climatológicos que provocan sea inseguro para las personas regresar a sus países de origen.
Volviendo a miembros de Centro de Trabajadores Arriba Las Vegas, uno de ellos apuntó: “Nos sentimos traicionados, pensábamos que podíamos contar con un aliado, un defensor en la Casa Blanca, pero ya vemos que no es así, ese aliado podía emplear su poder para que nosotros podamos seguir acá, trabajar, aportar a la economía de los Estados Unidos, ver a nuestros hijos crecer, estudiar, trabajar, salir adelante, lamentablemente el aliado nos falló, decidió no tendernos la mano”.
Bajo la administración Biden se dieron a conocer extensiones del TPS para haitianos y sudaneses que viven en los EE. UU., sin embargo los tepesianos de El Salvador, Nicaragua, Honduras y Nepal han quedado en lo que muchos llaman ‘limbo migratorio’. En Nevada viven miles de personas bajo la ‘sombrilla’ del TPS. Los beneficiarios del TPS no pueden ejercer el voto, pero sus hijos ciudadanos sí.
Amparados por el mencionado programa, han presionado, marchado en caravanas a Washington para hacer valer lo que consideran su derecho a una protección que les permita emprender el camino a la residencia.
El Consejo Estadounidense de Inmigración deja sentado que para obtener estatus de residencia, el beneficiario del TPS que haya ingresado al país ‘sin inspección’ debe irse y pasar por el proceso de visa, que puede ser demorado.
“No nos vamos a rendir, seguiremos en la lucha”, advierten miembros del Centro de Trabajadores...