Ni la lluvia pudo opacar la jornada dedicada al amor y la amistad

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El jueves 14, fecha significativa para enamorados y amigos (por San Valentín), no pudo amanecer más húmedo, pues desde la madrugada comenzó a llover, y la pertinaz llovizna se mantuvo hasta media mañana, en tanto el día -propicio para felicitaciones e intercambio de regalos- se empeñaba en mostrarse nublado, como si las nubes, vestidas de gris, quisieran mostrar su complicidad.

Muchas calles de Las Vegas estaban inundadas y exigían de los enamorados conducir con el mayor cuidado posible, casi como si llevaran en sus manos el corazón de la amada (o el amado), en medio de un ambiente con una dosis considerable de nostalgia. ¿Cuántos amores se han declarado bajo la lluvia?

 

Y camino del periódico, mientras esperaba la luz verde, recordaba aquellos versos: ‘La lluvia que ha mojado tus cabellos, no ha mojado tu cuerpo ni tu cara’.

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