Me encanta ver a la gente reír: Calambritos

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Por Roberto PELÁEZ

Mientras piensa qué le gusta más si participar en carreras de maratón o ver reír a la gente, a ratos ‘Calambritos’ planea cómo hacer saltar más de alegría a los niños.

Con poco más de 50 años -bien disimulados gracias a los ejercicios y las carreras-, casi nadie reconoce a Neftalí Madrigal, oriundo de Guadalajara, México, pero si usted dice ‘Calambritos’, entonces se levantan muchas manos: Pregúntame, pregúntame.

Este 5 de noviembre se celebra en todas partes el ‘Día Internacional del Payaso’, para homenajear a esos simpáticos personajes que hacen reír a grandes y chicos. ¿Qué sería de la vida sin los payasos?

Antes de platicar de ese traje llamativo, sus zapatos enormes, una nariz que se ve a varias millas, ‘Calambrito’ prefiere recordar a los corredores de maratón que le antecedieron en su natal Jalisco.

“Nací y crecí en una época en que México contaba con maratonistas sobresalientes incluso en el plano internacional”, señala con orgullo.

Salen a relucir nombres como los de Rodolfo Gómez, quien asistió a dos Juegos Olímpicos y se impuso en al exigente prueba en varios países; Benjamín Paredes; Dionicio Cerón; Germán Silva y Andrés Espinosa, todos ellos estelares en las carreras de 42 kilómetros y 195 metros.

“Los maratonistas de entonces, sostiene, tuvieron mucha influencia en mí (y en toda mi generación), era difífil quedar indiferente ante el esfuerzo de aquellos hombres y sus resultados... cuando me di cuenta ya estaba corriendo, tratando de aprender la técnica”.

Mira veintitantos años atrás y recuerda: “gracias al patrocinio de Méxicana de Aviación vengo por vez primera a los EE.UU, allá por 1999, para correr en un maratón que se efectuó en Los Ángeles, dos años después fijo mi residencia en Las Vegas, ya en el 2003 me caso, y te cuento, cuando mi hijo más pequeño cumple su primer añito, qué crees, yo fui el payaso de su fiesta”.

Sale a relucir en la plática la primera vez que el payaso ‘Cua cua’ lo ve “miraba todo lo que yo hacía, después me comenta ‘si estudias más el arte de payaso, si te gusta, le echas ganas, tienes lo necesario para ser un súper payaso’, desde entonces le dedico todas mis fuerzas... me creí lo que me dijo ‘Cua cua’, aquí estoy, haciendo la alegría de tantas personas, y más de los niños”, argumenta.

“Hay que poner mucho énfasis en los estudios, comenta, no es sólo hacer reír con tu indumentaria, los chistes, si quieres ser un buen payado es necesario estudiar, no perder el piso, dedicarle varias horas al día, ensayar, saber para quiénes vas a actuar, las características, respetar siempre a los más pequeños y a los adultos, que es también una manera de respetar tu trabajo.

“Desde el 2010 asisto a diferentes congresos para payasos, ahí se aprende mucho, OMG, han pasado 12 años, el tiempo se va volando, y es tan hermoso hacer reír, te exige poner a un lado los problemas, concentrarte bien en lo que quieres, cuando es oportuno un chiste... por favor no deje de poner en el periódico que vengo de una familia de payasos”, resalta.

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