Por Roberto PELÁEZ
La joven que tengo delante no conoce el límite cuando de superación se trata. Aprender no ocupa lugar, dice, nos lo enseñaron desde muy pequeños nuestros padres, apunta, ellos siempre muy ligados a la educación y la danza folklórica, precisa Karla Villalobos.
Dora y Juan viven enamorados de la cultura y el folklor mexicano, aseguran que bailaron mucho en San Luis, Río Colorado, Sonora... entonces, apuntan, trasmitimos ese amor y respeto por la cultura a nuestros hijos; Karla es la mayor, estudia por cinco años en la Universidad de Nevada Las Vegas (UNLV), es maestra, y en agosto va a comenzar en UNLV el mayor de los varones. Estamos muy orgullosos de ellos, resaltan.
En lo que tiene que ver con la cultura, explica la entrevistada, el teatro en México incluye una formación integral, por eso no es extraño que mis padres bailen... bueno, en casa todos bailan, crecemos en un ambiente cultural, con muchos conciertos y presentaciones en la semana. Por lo que recuerdo papá siempre estaba en los papeles protagónicos de las obras.
Para no ser menos, y como no podía ser de otra forma. Karla baila desde niña, tengo el honor, dice, de tomar clases con Tomás Velázquez (creador del bronco, norte de Sonora), y Amalia V.B. Hernández, dos excelentes maestros, con una formación muy sólida, agrega.
Muestra unas fotos y continúa: vivo en Las Vegas desde el 2001, finalizo mis estudios por cinco años en UNLV, me gradúo de comunicación y danza, ahorita quiero comenzar una maestría relacionada con cultura hispana y folklor, hay que aprender, llegar lo más lejos posible, indica.
También me gusta enseñar, acota, en el 2013 doy clases gratis de lo que llamamos folklórico en la Bailey Middle School, con permiso del director, entonces con licencia de sustituta, pero hoy tengo mi licencia de maestra; atiendo a unos 200 estudiantes en diferentes grupos, resalta, y en el grupo folklórico Libertad que atiendo fuera de la escuela, pues tengo a 40 practicantes, desde 2 años hasta 55, abunda.
Le puedo decir por experiencia que al principio se batalla un poco para conseguir un número determinado de varones, pero luego ellos vienen solitos, llegan hermanos, primos, amigos, enfatiza Karla, y luego sin problemas conseguimos tener 12 parejas en la escuela.
Sí, igual que a mis padres, esto de la cultura, las danzas, el folklor mexicano me apasiona, una no termina de aprender nunca, es un estudio constante, afirma categórica.
Mire, remarca, hay quienes bailan, y lo hacen muy bien, los aplaudo, pero no se trata sólo de bailar, también hay que aprender de la cultura de los diferentes estados de México, cómo surgió esa danza, el vestuario, las tradiciones, conocer la cultura de ese lugar, y de eso se trata, de junto a lo que se siente por los bailes, danzas, pues llevar también los conocimientos, en una palabra: aprender.
Si hablamos de las danzas y bailes de Jalisco, de los estilos, por ejemplo, nos referimos al jalisco mestizo, ranchero, tradicional, estilizado, prosigue... disculpe, cuando platico de estas cosas no tengo cuando terminar, dice y sonríe.
Estoy muy contenta, mi hermano se graduó de la preparatoria, va a ir a la universidad, ya matriculó, como le comenté antes hay que superarse, comenzar estudios y conseguir graduarse, ir cada vez más lejos, perseverar, advierte Karla.
Es bueno, afirma, que cada joven hispano interiorice la importancia de estudiar, de aprender, de superarse, para dar una mejor vida a su familia, o sencillamente por satisfacción personal, por un mejor presente y futuro, sentencia.
