Por Roberto PELÁEZ
Mariana mira atrás y recuerda aquellos días en el Estado de México en que soñaba con finalizar sus estudios de secretaria “me veía, dice, tecleando, al tanto de las llamadas telefónicas”.
La mayor de cinco hermanos, comenta: “le agradezco mucho a mi mamá (Guillermina) su desvelo e interés porque estudiáramos, tratáramos de salir adelante apoyados en el estudio y el trabajo”, enfatiza.
“Llegué a Las Vegas en el 2009, expresa, aquí he realizado diferentes trabajos, he puesto mi mayor empeño en aprender, en ser lo más útil posible a la comunidad, sin descuidar el estudio y la formación de mis hijos”.
Sus ojos adquieren un brillo especial cuando se refiere a su descendencia “tienen 23, 22, 15 y 7 años, todos son bilingües, los dos primeros trabajan y los menores estudian, siempre les insisto en la importancia de la educación, el respeto a sus maestros... estoy orgullosa de ellos”.
Luego enumera algunos de los trabajos que ha realizado para llevar el sustento a casa “estuve vinculada a almacenes de productos orgánicos, en una compañía de limpieza de casas, tomé lecciones para manualidades, aprendí mucho del arte con globos.
“Formo parte de la cuarta generación de Mujeres Emprendedoras (Emprende Mexicana), un programa relacionado con el Consulado General de México, tuve a bien estudiar y explicar mi plan de negocios, y próximamente estaré en nun evento (Bazar) en el Consulado”, resalta.
Sale a relucir su vínculo con la comunidad, su participación en numerosos eventos.
“Amo a mi comunidad, dice, asistir a las actividades, conocer a la gente, llevo a mis hijos para que se relacionen, saluden, platiquen... gracias a los tantos eventos a los que acudo he podido conocer a personas que tienen un trabajo admirable, útil, en diferentes manifestaciones, hasta a escritores, quién me lo iba a decir”, apunta sonriente.
Miranda se graduó de la Academia Civil Hispana organizada por el Departamento de Policía de la Ciudad de North Las Vegas, al respecto significa: “Estoy contenta de haberme graduado, de todo lo que tuve posibilidad de aprender, los participantes pudimos conocer más de cerca el trabajo que realizan los oficiales, lo que hacen para que la comunidad esté segura, nuestros hijos, y muchas veces no valoramos eso.
“Es importante que la gente comprenda que debemos dar gracias a Dios cada día al levantarnos, salir a la calle a aprender, estar siempre en la mejor disposición de asimilar los conocimientos y transmitirlos a otras personas, proponerse ser útiles, aportar a la comunidad, ser receptivos”, afirma.
