Por Roberto PELÁEZ
La participación, el apoyo, la ayuda, la unión, la defensa, son palabras que pueden (o son) sinónimas de solidaridad, sin embargo como bien apuntara el poeta, periodista y escritor José Martí, “la mejor manera de decir es hacer”.
Lo anterior se materializa por estos días, ante las jornadas calamitosas que experimentan y sufren tantas personas por los incendios en California.
Ya lo apuntó un buen amigo, el espíritu solidario de la gente de Las Vegas nunca se ha hecho esperar, y ese, no otro, es el espíritu puesto a prueba al validar varias iniciativas de recaudación de donativos dirigidos a las personas afectadas.
Tal y como se esperaba -ha sucedido otras veces- uno de los primeros en convocar a la ayuda, a donaciones para quienes lo han perdido todo o casi todo, fue el conocido pastor Marko Gamboa, del Centro Cristiano el Shaddai, una instalación localizada en las inmediaciones de Lamb y Lake Mead.
A decir del propio Gamboa, hasta el venidero 30 de este mes se solicitan donaciones de ropa en buen estado, zapatos, cobijas y artículos de higiene personal. Lo hemos apuntado antes, Gamboa, el padre Rafael Pereira, el uruapense Eddie Ramos, siempre se hacen sentir cuando los difíciles momentos reclaman solidaridad. Ellos siempre están en primera línea. De una u otra forma constituyen un ejemplo para la comunidad.
Por otro lado cobran fuerzas iniciativas que abren las puertas a entrega de botellas de agua, productos de higiene personal, libros, juguetes, almohadas, colchones inflables, toallas, mantas, ropa de cama y artículos de cuidado para bebés (pañales, fórmula, toallitas húmedas), todo lo anterior son algunos de los artículos y enseres que más se necesitan para prestar ayuda en Los Ángeles.
Hasta el pasado martes 14 de enero se podían llevar donativos a las locaciones de Rachel’s Kitchen, en la ‘ciudad que no duerme’.
En el Yale Club of Nevada también se reciben donativos para comprar suministros a las personas que lo perdieron todo en estos incendios que se han prolongado por varios días.
Para más información, u obtener más detalles, los interesados en entregar donativos pueden escribir al correo electrónico yaleclubnv@gmail.com o visite el portalalumninet.yale.edu.
El propio Ramos, del Club Migrante de Uruapan, al referirse a la compleja situación destacó: “No nos quedemos de brazos cruzados mientras nuestros amigos y familiares viven este horror”.
El uruapense, quien he formado un binomio exitoso con la organización local ‘Vista al Futuro’ para llevar a cabo numerosos eventos, partió rumbo a Los Ángeles llevando mochilas, mantas, agua embotellada, suministros de emergencias, medicamentos de venta libre, productos de higiene personal, pañales, alimentos no perecederos, útiles escolares, tazones y suministros para mascotas, todo ello donaciones de gente del valle.
Ya se sabe que grande o pequeño, cualquier acción es un paso para hacer del mundo un lugar mejor, sobre todo si por el medio están los necesitados, personas que en poco tiempo, cuestión de horas o días, lo han perdido todo, han visto desaparecer el fruto de su trabajo, el de sus familiares, vacinos y amigos.
El escritor estadounidense apuntó: “El que da un gran servicio recibe una gran recompensa”. Las personas que ayudan, entregan de donativos para las víctimas de los incendios no piensa ni considera una recompensa, el premio estriba en la satisfacción interior, en saber que se tendió la mano a necesitados, se hizo una buena acción, se puso de manifiesto la solidaridad humana, de eso se trata por encima de todo.
¿Cuántas veces escuchamos que no hace falta una razón para ayudar a los demás?
No hay nada más valioso que realizar acciones en beneficio de otra persona sin recibir nada a cambio. Este es en otras palabras, el significado de lo que es la solidaridad, un valor que se ha convertido, sin miramientos, en la base de la sociedad para mantener su bienestar.