La justificada inmensa alegría de Astrid Villeda

Por Roberto PELÁEZ

El venidero septiembre sorprenderá a la jovencita Astrid Rocío Villeda, tras vencer los estudios de preparatoria, en la Northern Arizona University... con una beca completa por sus sobresalientes resultados en natación, justo premio a su dedicación y constancia, a su innegable talento, al esfuerzo personal, de su coach y familiares.

Pero la historia comienza hace siete años, entonces, dice Edith Villeda, el papá y la niña se adentran en el mundo de la natación, leen muchos libros, se pasan horas viendo vídeos, es como un ‘bichito’ que se les mete dentro hasta hoy, asegura la madre sonriente.

Edith y José Villeda son salvadoreños y viven orgullosos de su hija, estudiante de Rancho High School; ella comienza a nadar a los 10 años, a los 11 ya participa en sus primeras competencias, y a los 13 viaja fuera de Nevada para enfrentar a rivales de diferentes estados, coinciden los padres... después tiene que ir hasta cinco veces a California con el objetivo de tomar parte en torneos cada vez más exigentes.

Podemos hablar del talento de nuestra hija para nadar, de lo mucho que le gusta, se pasa horas en la piscina, en el gimnasio, sin embargo ella -y nosotros- también le debemos mucho al esfuerzo del coach Bill quien la entrena en la piscina Municipal (Bonanza y Las Vegas Boulevard), él es como un segundo padre, apuntan.

Y, prosiguen, pudiéramos estar orgullosos por los resultados de Astrid en la piscina, por la cantidad de medallas y trofeos que guarda en la casa, pero a eso le agregamos que es muy buena hija, buena hermana, estudiosa, es muy obediente, sociable, tiene muchos amigos... creemos que es muy merecido eso de la beca, estamos muy contentos, sostienen.

Un cartel enorme espera a todos en uno de los salones de la instalación municipal el pasado martes 7, entre otras cosas se puede leer: Astrid Villeda receives a full scholarship to Northern Arizona University... Special thanks to coach Bill; la alegría es generalizada, hay abrazos, besos, alguna que otra lágrima de emoción, pizzas y refrescos.

Aparte de Bill, de sus compañeros, la joven y sus padres reconocen el trabajo del profesor Isaac Barrón en la preparatoria, no sólo por lo que enseña, la materia que imparte, nos enseña, acota la nadadora, a ser mejor ciudadanos, nos prepara para el mañana.

Astrid es lo que se considera una nadadora versátil, entrena y compite en cuatro distancias: 100, 200, 400 y 500 metros; este es un deporte muy técnico, exigente, hay que conjugar velocidad, fuerza, resistencia, además, no sólo se compite con los rivales que están a los lados, también está un rival tremendo: el reloj, entonces hay que competir contra una misma para bajar los tiempos, explica. Por su sencillez y modestia no habla de las veces que ha sido finalista en varias competencias

 

Me voy a la Universidad el año que viene, apunta, pero ya extraño a Rancho, la piscina, a mi coach, a mis amigos, y claro a mi familia que es el mayor premio; empezaré mi carrera universitaria, a nadar todavía con más fuerza, a dar lo mejor, agrega, quiero que todos estén orgullosos de mi, aun no se hasta donde puedo llegar, le agradezco a todos su apoyo, resalta con una sonrisa de oreja a oreja.

 

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