Por Roberto PELÁEZ
El tiempo se va muy rápido, ya pasaron casi cuatro años desde que fundamos allá por el 2013 el Comité Cruz Grande, integrado por personas oriundas del estado mexicano de Guerrero, deseosas de ayudar, sobre todo en los momentos más difíciles, y ese propósito se mantiene tan fuerte o más que el primer día, asevera Othon Molina, líder de la organización.
Tendimos la mano cuando las inundaciones afectaron al estado por el ‘fenómeno’ Ingrid, entonces fundamos el grupo y lo registramos en el Consulado, recabamos ayuda, la hicimos llegar, después organizamos una ventanilla de salud, ayudamos a miembros del Comité que perdieron su trabajo o estuvieron enfermos, pero siempre platico de la ventanilla por lo que significa, muchas personas no tienen la posibilidad de acceder a servicios médicos de manera gratuita, y para nosotros aquel evento tuvo gran connotación y respaldo de la comunidad, apunta, sabemos lo que eso ayuda a la gente, agrega.
El encuentro con Yolanda Pineda también marcó al Comité, tuvimos la posibilidad de tener en nuestra sede, cerca de Valley View y Desert Inn, a la representante del gobierno del estado de Guerrero en California, le expusimos nuestras inquietudes y ella brindó información, reconoció el trabajo que llevamos a cabo, puedo decir que fue un encuentro provechoso, sin dudas uno de los éxitos del Comité; también hemos ayudado en el traslado de dos cadáveres a México, quiero decir que hemos dicho presente en asuntos sensibles que afectan a la comunidad, ayudamos a gente necesitada a pagar sus biles, reiteró.
A una pregunta sobre las actividades más recientes, Molina resaltó el envío de dinero para la compra de juguetes y la entrega de éstos a niños en Cruz Grande, nos apoyamos en personas como Rafael Ramírez y Nancy Castillo, en el equipo de trabajo de ellos, fue algo muy bonito y esperamos seguir tendiendo mano; la visita a la Colonia Sultana del Sur, en Cruz Grande, Guerrero, fue de mucho impacto, a los niños se le entregaron juguetes, es algo que aspiramos a seguir haciendo, la alegría de los menores y sus padres es tremenda, son hijos de familias con muy pocos recursos, nos llena de orgullo poder ayudar, acota.
Nosotros en el Comité trabajamos por estrechar los vínculos con el Consulado, participar en actividades, aprender de otros grupos comunitarios y seguir adelante, podemos ser muchos o pocos, pero el deseo de ayudar, como le dije antes, es el mismo, concluyó.
