Por Roberto PELÁEZ
Jennifer recuerda, como si fuera ayer, cuando su madre fue a trabajar a la ciudad de Hermosillo, en el estado mexicano de Sonora, “entonces, dice, yo tomaba clases de secundaria, llamaba la atención de todos, con un pie más de estatura y el cabello rubio, pero enseguida me aceptaron, me animaron a aprender a hablar español... y yo sencillamente me enamoré de la cultura hispana”.
La entrevistada es la fundadora de una nueva escuela pública para niñas en la ciudad de Las Vegas; apasionada por la educación, no sorprende su estrecha amistad con Selene Lozada, otra de esas mujeres consciente de la extraordinaria importancia de los estudios.
“Ella, apunta Lozada, abre las puertas de esta nueva escuela con el objetivo de que las niñas se desarrollen y al mismo tiempo asegurarse de que reciban los recursos que merecen, la orientación correcta para salir adelante.
“Jennifer McCloskey, prosigue Lozada, ubica su escuela en el Campus de la Universidad de Nevada Las Vegas, con el interés marcado de preparar mejor a las estudiantes para sus futuros estudios universitarios, mientras ofrece a los vecinos el acceso a una escuela de alta calidad donde no había existido...”.
McCloskey platica con varios padres, les informa, los despide amablemente y continúa “cuando regreso a los Estados Unidos, ansío todo el tiempo regresar a México para estar con mis amigos y aprovecho con frecuencia para regresar.
“La experiencia tiene un gran impacto en mi vida, voy a tomar lecciones a España y finalmente obtengo una licenciatura en español de la Universidad de Arizona; durante mis estudios en la universidad estoy a sólo 45 minutos de la frontera con México y a menudo me podían encontrar en Nogales, disfrutando de la música, tacos de carne asada y paisajes coloridos”, comenta sonriente.
La entrevistada pasa luego a completar una Maestría en Negocios Internacionales y viaja para perfeccionar aun más sus habilidades en el idioma español.
“Trabajo la mayor parte de mi carrera en entornos internacionales y también como ejecutiva para el gobierno de los EEUU.; pasó cinco años cultivando un acuerdo para compartir agua entre este país y México, gracias al conocimiento de la cultura, el proceder con sinceridad, puedo ganarme la confianza de la contraparte mexicana y establecer salvaguardas para los recursos naturales de los dos países”, resalta.
“Si bien Jennifer ama ese trabajo -significa Lozada-, quiere hacer algo más para mejorar los resultados de las niñas en su comunidad, imaginando una escuela solo para niñas, apoyadas y enriquecidas con asociaciones comunitarias.
“Puedo decir, por el tiempo que la conozco, que cuando mi amiga Jennifer piensa en algo, trabaja duro para que eso suceda, como es el caso de abrir la ‘Girls Athletic Leadership School’, incluso en medio de una pandemia”, advierte.
“Me toca convencerla (si se puede decir así), de que está en sus manos hacer mucho por las niñas, por su desarrollo, apoyada sobre todo en la educación, significa Lozada, y hoy la escuela es una hermosa realidad, con capacidad para 120 estudiantes de sexto y séptimo grado (de bajos recursos) y es gratis”, puntualiza.