Por Roberto PELÁEZ
Su rostro, sus manos, hablan de trabajo fuerte. La piel curtida lanza un desafío al intenso sol de Las Vegas. Oriundo de un lugacito perdido en las profundides de Hidalgo, México, jardinero por más señas, Isidro Maqueda funge como presidente de la Federación de Hidalguenses de Nevada.
Apegado a la familia, al trabajo, sus connacionales, la comunidad, es lo que un escritor diría ‘un hombre hecho para el trabajo fuerte’. Tiene siempre la respuesta a flor de labios, solo lo vi pensar unos minutos antes de responder cuando entrevisté a su hija Yesenia, recién graduada de terapista de masaje.
“Entre mi familia, la comunidad, el trabajo, no le puedo decir de cual estoy más orgulloso, también lo estoy de la Federación, de la labor que realizamos, y ahora la graduación de Yesenia... se imagina.
“Cuando Irma nos pide ayuda para limpiar el jardín del Winchester Dondero, el trabajo que realizamos para que muchos padres puedan venir desde Hidalgo a ver a sus hijos y nietos después de tantos años, juntarnos con otros grupos comunitarios para celebrar la independencia de México, la Batalla de Puebla, la verdad, tengo muchos motivos para estar orgulloso”, destaca.
Enfundado en una camisa tipo guayabera, fresca, no pierde la oportunidad para platicar también de la cultura de los hidalguenses, el amor a las raíces y tradiciones “por varios años ganamos el concurso por el ‘Día de Muertos’ realizado en el parque Winchester, hay que mantener vivas las tradiciones, dice, estamos lejos de casa, pero no se pueden perder las raíces, lo nuestro”, significa.
“En la Federación, prosigue, realizamos una labor hermosa en eso de las lenguas indígenas, debo reconocer que Juan Rómulo y otros hidalguenses llevan adelante la tarea, muchos niños cantan el himno de México”, dice con sano orgullo.
No podía ser menos, el nha nhu es la lengua materna de este hombre todo trabajo, consciente de que la mejor manera de decir es hacer, por eso prefiere predicar con el ejemplo, platica de tareas y es de los primeros que se suma para llevarlas a feliz término.
Nos despedimos. Se coloca el sombrero y camina rumbo a su camioneta.
