Incansable Xochith Cuevas, una guerrera de Guerrero

Por Roberto PELÁEZ

Una amiga común me adelantó: “si quieres conocer a una mujer guerrera, luchona, de esas que no se rinde a pesar de las adversidades, y que se empeña todos los días en salir adelante, que motiva a las demás, platica con Xochith Cuevas, ella tiene una hermosa historia”.

Pero, quién es esta mujer de la que varias personas hablan con respeto y una admiración que no pueden ocultar. 

Dejemos que sea la propia entrevistada, esta inmigrante mexicana quien nos adentre un tanto en su vida, para conocerla más de cerca.

“Mi nombre es Xochith Cuevas, soy de Acapulco, en el estado mexicano de Guerrero, señala con marcado orgullo, vengo de una familia humilde, si se quiere numerosa, pues éramos ocho hermanos (quedamos seis)... guarda silencio, y luego apunta, a ellos no los veo desde que llegué a este país, en septiembre se van a  cumplir 24 años, es mucho tiempo”, dice con voz entrecortada.

“Fui víctima de violencia doméstica, agrega, entonces la ignorancia me juega una mala pasada, pues en aquel momento tan difícil desconozco los derechos de la mujer, quizás me faltaba información”, expresa.

“Pero, dice, le habrán comentado que no soy de las que se rinde, cuando la situación es más compleja saco fuerzas de flaqueza, no descanso hasta superar el mal momento; tengo tres hijos y un nieto, ellos son mi mayor motivación, me inspiran a salir adelante, además, mi Dios no me desampara nunca, tengo mi fe puesta en Él, y le estoy inmensamente agradecida, incluso por las cosas feas, desagradables que me han sucedido porque son pruebas de las que se adquiere experiencia”, asevera.

“Por otro lado, subraya, quiero decirle que tengo lo que llamo una especie de don, me apasionan las ventas, soy consultora de belleza, especializada en piel, quiere decir que en medio de todos los problemas, las carencias, los malos momentos, siempre encuentro tiempo para superarme, estudiar, adquirir herramientas, el conocimiento necesario con el objetivo de salir adelante, de no quedarme en el mismo lugar, estancada, aunque considero, añade, que una no termina de aprender nunca, o sea, se aprende algo nuevo cada día, a veces hasta de la persona de quien menos se espera recibimos una lección... Dios nos habla de muchas maneras, más aun cuando los fracasos con el tiempo se convierten en premio.

“Entre las dificultades no puedo ignorar la barrera del idioma, apunta, que resulta un obstáculo para el 90 y tanto de los inmigrantes, no quiero ser absoluta porque algunas personas vienen a este país y ya pueden sostener una conversación en inglés... hoy, por lo que he aprendido puedo comunicarme, pero reconozco que no lo domino al ciento por ciento, es algo en lo que debo insistir, sin embargo reitero me comunico.

“Me gusta ayudar, siempre platico con las mujeres, les digo que traten de sobreponerse a los problemas, que estudien, trabajen, sobresalgan por esfuerzo propio, confíen en sus fuerzas, que las dificultades son una especie de pruebas para ver hasta dónde podemos llegar.

“Entiendo que en el plano personal quiero y puedo llegar aun más lejos, soy inconforme, remarca, depende en gran medida del esfuerzo, la dedicación, de eso que llaman constancia, de la fuerza de voluntad; volviendo a las mujeres les insisto en que el infinito es el límite, vinimos a este país en busca de una vida mejor para los hijos, la familia, y también para nosotras mismas, eso es innegable, es lo que nos anima a muchos.

 

“Si a pesar de todo, la tristeza, las lágrimas, nos sobreponemos a la separación de lo que ha sido nuestra vida, dejamos atrás a familiares, amigos, recuerdos, estudios, lugares, entonces la opción es estudiar, trabajar, superarnos, tal vez ser hasta nuestras propias jefas... los sueños son para hacerlos realidad”, concluye con el entusiasmo que la distingue y que ella exhibe con sano orgullo. 

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