Por Alexander ZAPATA
El semanario El Mundo tuvo la posibilidad de platicar con dos jóvenes residentes del valle, que vieron sus sueños convertirse en realidad al graduarse de estudios universitarios. He aquí sus impresiones:
Declaraciones de Martha Saldaña
Graduada de la Universidad de Nevada Las Vegas
“El haber podido graduarme significa uno de los logros más importantes en mi vida porque a pesar de que ya tengo muchos años trabajando como periodista, obtener el título universitario siempre estuvo en mi lista de prioridades. No solo por mi si no por mi hija. Quiero servirle de ejemplo ya que siempre le he dicho que a través de la educación le será más fácil alcanzar sus sueños.
“Para llegar a este día fueron muchos los obstáculos y sacrificios. Por ejemplo, estudiar en un idioma que no es el mío significó doble de esfuerzo porque ya solo eso me ponía en desventaja de la mayoría de mis compañeros de clase; gracias a Dios lo superé y pude graduarme con un promedio por encima de tres. El tiempo también fue un obstáculo porque como trabajo tiempo completo y me era difícil encontrar las clases que necesitaba, eso me alargaba más el tiempo para graduarme más rápido.
“Los sacrificios fueron muchos, pero sin duda el que más me pesa es el tiempo que sacrifiqué con mi familia, en especial con mi hija. Pues los fines de semana -por muchos años- fueron casi de no salir para poder avanzar con mis tareas y poder tener el tiempo entre semana para ayudarle a ella con las suyas”, afirmó sonriente mientras un grupo de familiares y amigos esperaba para felicitarla.
Graduarme es algo muy especial:
Dulce Valencia, activista miembro de PLAN
“Graduarme es algo muy especial porque hace algunos años quizás ni podía imaginarlo. Recuerdo que pensaba de esa manera porque era indocumentada y no pude tan siquiera calificar para DACA. Cuando eso pasó sentí que las puertas se cerraron y se continuarían cerrando en mi cara.
Afortunadamente, pude ahorrar dinero y con la ayuda de mi madre pude inscribirme en dos clases en el Colegio del Sur de Nevada (CSN). Luego esas dos clases se convirtieron en cuatro cuando recibí mi permiso de trabajo gracias a una Visa U
“Graduarme es algo muy especial porque hace algunos años quizás ni podía imaginarlo. Recuerdo que pensaba de esa manera porque era indocumentada y no pude tan siquiera calificar para DACA. Cuando eso pasó sentí que las puertas se cerraron y se continuarían cerrando en mi cara.
Afortunadamente, pude ahorrar dinero y con la ayuda de mi madre pude inscribirme en dos clases en el Colegio del Sur de Nevada (CSN). Luego esas dos clases se convirtieron en cuatro cuando recibí mi permiso de trabajo gracias a una Visa U y así poco a poco y con mucho esfuerzo pude graduarme.
Este logro no es solo por mi, también es por mi madre que no pudo terminar la preparatoria porque su familia no se lo permitió. Este título universitario es por y para ella, y también para mi hermana y mi hermano, para demostrarles que todo el sacrificio y el trabajo duro valen la pena. También es un mensaje para los miembros de mi comunidad que me han acompañado y apoyado en todo el camino. Gracias a ellos, también estoy más cerca de cumplir muchos de mis sueños”, destaca. y así poco a poco y con mucho esfuerzo pude graduarme.
Este logro no es solo por mi, también es por mi madre que no pudo terminar la preparatoria porque su familia no se lo permitió. Este título universitario es por y para ella, y también para mi hermana y mi hermano, para demostrarles que todo el sacrificio y el trabajo duro valen la pena. También es un mensaje para los miembros de mi comunidad que me han acompañado y apoyado en todo el camino. Gracias a ellos, también estoy más cerca de cumplir muchos de mis sueños”, destaca.