Guatemaltecos de LV requieren oficina consular y recuerdan sus raíces

Por Roberto PELÁEZ

Aquel pedazo de tierra en Centroamérica, con más de 11 millones de habitantes, es mi Guatemala querida, asevera Elías Padrón, llevo 11 años en los Estados Unidos, todos en Las Vegas, apunta, y no olvido nada de mi país, allí nacieron los abuelos y mis padres, lo llevo muy dentro, pero la vida no se detiene y uno busca su mejoría.

Según este empleado de restaurante, en Las Vegas hay alrededor de 15 mil guatemaltecos, y “si algo lamento, dice, es que todavía no contamos con una oficina consular, eso lo platiqué varias veces con los cónsules Pablo García Sáenz y Roberto Archila, los dos manifestaron que es algo muy necesario para evitarle los viajes a los connacionales que realizan trámites... realmente sería de mucha ayuda, y sé que ellos la solicitaron más de una vez, sin embargo no se concretó”, significa y se encoge de hombros.

“No se puede decir que no tenemos líderes en nuestra comunidad, Israel Fuentes, José Salazar siempre están entre los primeros, participan en eventos, de alguna manera nos tienen al tanto de los eventos, como el de la solidaridad con las afectados por el volcán en Guatemala, comenta el entrevistado, hasta para eso hubiera sido de gran ayuda una oficina consular”, reitera.

Salazar tal vez tenga las mismas inquietudes de Padrón, él argumenta que en cada consulado móvil a Las Vegas -dos al año- se atienden entre 400 y 600 personas en cada sesión de trabajo “la gente acude temprano a realizar sus trámites, hay mucha disciplina y deseos de resolver, incluso no faltan quienes se brindan para ayudar como voluntarios en la organización, el problema es facilitar las cosas, que fluyan, por un lado que los funcionarios del consulado de sientan atentidos, y por otro es importante que la gente haga sus gestiones”, afirma Salazar, siempre allegado a los visitantes.

“Parece sencillo, sostiene Elías Padrón, quien no puede (por trabajo o lo que sea) tramitar sus documentos en los consulados móviles, tiene que prepararse para ir a Los Ángeles, ausentarse al trabajo, solicitar una cita, gastar un dinero”, argumenta, todo eso lo sabían Sáenz y Archila, por eso digo que ellos estaban interesados, solo que hasta ahorita no se ha podido, se ha resuelto otras prioridades”, comenta.

“¿Qué si recuerdo Guatemala? Se pregunta Elías, y se responde, todos los días, cómo voy a olvidarme de Antigua; del Lago de Amatitlán, de Tikal, cuna de la cultura maya con sus templos y pirámides; el Castillo de San Felipe... y ni hablar de Livingston, que tiene unas playas hermosas y gran variedad de animales, también tenemos a Río Dulce... Guatemala es precioso”, resalta.

“Pero nuestra vida es aquí, recordar y ayudar a los que están allá, y claro, trabajar mucho, enfatiza , debemos asimilar la cultura, las leyes de este país en que vivimos... yo mismo veo a mi hermano, quizás una vez a la semana, a veces pasan hasta dos semanas sin vernos, cada uno en su trabajo”.

Salazar, por su parte, vive orgulloso de la comunidad guatemalteca, de los hispanos del valle “siempre que el trabajo me lo permite participo en varios eventos, me gusta aprender de otras culturas, de estrechar lazos con nuestra comunidad, y ayudar en los consulados móviles; me gustó la reacción de la gente cuando solicitamos ayuda en ocasión del triste fenómeno del volcán”, expresa.

 

“Comparto con los salvadoreños, los nicas, los hondreños, costarricenses, con mis hermano guatemaltecos y mexicanos, tengo amigos chilenos, colombianos”, precisa Salazar... y ya lo creo que una oficina consular sería muy conveniente”, concluye.

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