Por Nuestros SERVICIOS
La vieja aspiración de los guatemaltecos asentados en el valle, de poder contar con una sede consular, PUDIERA materializarse este año, y es que muchas veces la perseverancia rinde los frutos apetecidos, a ello se une la marcada necesidad y lo beneficioso que resultaría.
Sin dudas la reciente visita a Las Vegas del embajador general de asuntos migratorios y la embajadora del Ministerio de Relaciones Exteriores, clasifica como algo alentador en la mencionada aspiración.
Una sede consular en ‘la ciudad que no duerme’ sería un alivio considerable para los guatemaltecos que residen en los estados de Nevada, Utah y Arizona, a no dudarlo una cifra significativa de connacionales.
Por años se esgrimió como argumento de más peso el hecho de que muchas personas no tienen la posibilidad de trasladarse hasta Los Ángeles para realizar diferentes gestiones (renovaciones de pasaporte o matrícula consular); tal viaje tiene por consiguiente gasto de dinero y tiempo, a veces incluso perder día de trabajo.
Lo anterior dice mucho del beneficio que reportan los consulados móviles, más que todo porque acercan dichos trámites, además los guatemaltecos pueden obtener información de primera mano, platicar con el cónsul general o funcionarios consulares, aunque como se saben hay que hacer largas líneas para acceder a los servicios.
El argumento en favor de la ansiado -y necesaria- sede consular agrega que para brindar dos o tres consulados móviles al año también es menester que se viaje desde el consulado general un equipo de trabajo, en ocasiones con impresoras, computadoras y cámaras.
Son muchos años de reclamos, de necesidades, de esperar meses a que vuelva el consulado móvil, o emprender viaje al Consulado General en Los Ángeles para gestiones.
Muchas veces platiqué el asunto con el otrora cónsul Pablo García Sáenz, quien se mostró siempre a favor de la sede consular en el valle, consciente de la imperiosa necesidad, del elevado número de connacionales, sin embargo por diferentes circunstancias no se concretó.
La mencionada visita da un respiro, una esperanza. Ojalá fructifique.