Por Roberto PELÁEZ
Cuando escuché mi nombre no me lo creía, menos porque sé hay tantos compañeros buenos, con una magnífica trayectoria de trabajo dentro de la Universidad de Nevada Las Vegas, comenta sonriente Flor Cardona, seleccionada recientemente la empleada del 2017 en UNLV.
Pasan los días y aun no me lo creo, apunta, vuelvo al sitio web de la Universidad donde aparecen los nombres de tantos compañeros, y ahí está el mío, mi foto... es algo que no esperaba, dice mientras refresca con una limonada.
Se dice realizada, contenta pero no satisfecha, y es que -explica- considero que aún queda mucho por hacer sobre todo en el área en que me desempeño, donde me esfuerzo porque cada vez sea mayor el número de jóvenes que concluyen preparatoria y deciden proseguir estudios universitarios.
Vinculada al programa GEAR-Up, la galardonada ve como se traduce su esfuerzo en el grupo de jóvenes que interioriza, gana conciencia sobre la importancia de continuar los estudios; acercarme a ellos, conocerlos, ganar su confianza, que me vean como alguien de su familia, me cuenten sus problemas y busquemos juntos la manera de salir adelante, es algo que me llena no solo en el aspecto personal, como madre, profesional, también en lo espiritual, resalta.
Conozco los problemas de cada uno de los estudiantes que atiendo, sé de su talento y potencialidades, de lo que son capaces de hacer, enfatiza Cardona, y por otro lado disfruto a plenitud mi trabajo, siento que es muy importante por el presente y futuro de las familias, de la comunidad hispana, del estado, es algo que no se puede perder de vista cuando se trabaja con jóvenes.
Sí, muy contenta, responde, sorprendida aún, pero siento que se reconoce mi trabajo, lo que significa, más aun porque hay un grupo de compañeros muy valiosos en UNLV, porque me seleccionaron y al volver la vista atrás veo que superé el cáncer, el apoyo y ejemplo de mi madre, soy una mexicana, una mujer inmigrante, madre soltera con dos hijos que resultan mi mayor motivación.
La selección, sostiene, no es sólo un motivo de orgullo para mi, mi familia, mis estudiantes, lo es para la comunidad hispana, y además estoy convencida de que ser seleccionada mejor empleada del año en UNLV es algo tremendo, sin embargo lo interpreto como un reto, algo que me insta a seguir dando lo mejor, a esforzarme aún más; este es el fruto del trabajo fuerte, de la consagración, del desvelo, subraya emocionada.
Que los estudiantes hispanos vayan a la universidad, consigan graduarse, sean hombres y mujeres de bien, aporten a la comunidad, es para mi el mayor regalo, señala mientras muestra la placa que la acredita la mejor del 2017.