Por Roberto PELÁEZ
Recién comienzan las vacaciones tras concluir el ciclo escolar y en casi todas las familias uno o los dos padres trabajan, por lo que muchas veces los pequeños están solos en la casa y es el momento indicado para ofrecer indicaciones a los adultos sobre cómo proceder para que sus hijos no corran riesgos, dejó sentado para los lectores de El Mundo la especialista en Prevención de delitos del Departamento de Policía en North Las Vegas, Soledad García
No es extraño, comentó, que al hijo mayorcito le corresponda por estos días ‘cuidar’ de sus hermanitos, hasta que los padres regresen del trabajo, entonces enfrenta algunas tareas como: adelantar la comida, cuidar a una mascota, y se le une en ocasiones la presión de un amiguito que lo reclama para jugar... entonces, aun en contra de su voluntad, el niño también deben estar preparados para decir no, dicho en otras palabras le corresponde aprender a no ceder ante la insistencia. A algunos pequeños, prosiguió la especisliata, les gusta asumir más responsabilidades, otros no están listos, entonces al padre, que es quien mejor conoce a su hijo, le corresponde decidir.
Ocurre que recién iniciadas las vacaciones los programas para después de las clases no están disponibles, significó, y los padres deben hacer arreglos para la supervisión adecuada de hijos pequeños que aún no pueden quedarse solos, y por otro lado les toca preparar a un menor suficientemente maduro para enfrentar cualquier desafío que pudiera enfrentar si está solo. No es extraño, por ejemplo, que un menor de 12 años pueda cuidarse solo, mientras otro de la misma edad necesita supervisión.
Es conveniente, externó, que los centros comunitarios, la misma comunidad, contribuyan a promover y desarrollar programas para los menores.
Los riesgos aumentan si no hay supervisión, entonces, dijo, qué pueden tener delante los menores, pues accidentes relacionados con un fuego, la presencia de una persona que no conocen... por otro lado es bueno considerar que los niños en casa se aburren, en ocasiones sienten miedo, se muestran inseguros, de ahí la importancia de la supervisión. Mientras algunos niños se sienten estimulados por la confianza que los padres tienen en ellos, otros sienten que son abandonados.
García remarcó la importancia de platicar con los menores acerca de lo que pueden hacer y lo que no, es relevante, sostuvo, poner normas relacionadas con el uso de la computadora, el teléfono, la televisión, la estufa, los amigos en casa, entre otras situaciones, enfatizó.
Un consejo que siempre ofrecemos a los padres, advirtió, es que dejen al alcance de sus hijos los números de teléfono de sus respectivos centro de trabajo, también de la Policía, de los bomberos, los servicios médicos de emergencia, y de algún vecino... siempre será mejor precaver que tener que lamentar. Los padres deben mostrar la manera segura de hacer las cosas, señaló la especialista, practicar delante de ellos, enseñarles a responder el teléfono, un mensaje de texto o en la computadora, qué hacer si llega una visita inesperada, deben aprender a preparar refrigerios, a usar los electrodomésticos con seguridad. Por ningún concepto los padres pueden poner a un lado enseñar a los menores un ‘plan de emergencias’, o sea, qué hacer si se les pierde una llave, si el bus se les va, si ‘descubren’ un incendio, o se encuentran la puerta o una ventana rota, si se lesionan o se les acerca un desconocido... hay que saber actuar en cada caso, y nada mejor que la práctica, que ellos vean como proceder ante cada caso
Cuanto mejor sea la relación de los padres con sus hijos mejor fluirán las cosas en casa; se debe explicar a los menores los motivos por los que se quedarán solos y qué se espera de ellos en ese lapso de tiempo, finalizó García.
