Por Roberto PELÁEZ
“Un deseo divino me devora; pretendo hablar, pero se rompe y llora esto que llevo adentro y no se calma”.
Alfonsina Storni
La cuenta regresiva llega a su fin. Hoy Karina y Mariana visten de gala. La madre, la amantísima abuela, presenta sus libros.
“Mi Mojito en la Bodeguita del Medio, mi Daiquirí en el Floridita”, dejó asentado nada menos que el afamado escritor estadounidense Ernest Hemingway.
La alusión viene al caso porque uno de los libros de Lérida Torres -arquitecta cubana asentada en la ‘ciudad que no duerme’- responde al nombre de: ¡¡Azúcar!! Ron y más de cien fabulosos cocteles.
Cuando escribo estas líneas faltan horas para la presentación (sábado 12, a las 4 de la tarde en la Galería Kaleidoscope), muchas personas se frotan las manos.
Lérida va más allá de las buscadas recetas de este o aquel coctel, investiga, se las ingenia para dar con la historia, cómo surgió, quién tuvo la idea, dicho de otra manera, ofrece una labor pormenorizada, fruto de largas horas de estudio e indagaciones. ¿A qué iban muchos estadounidenses a Cuba durante la llamada Ley Seca en esta nación? La autora, del centro de la isla, brinda la respuesta.
Invitada -se lo ganó por derecho propio- al II Encuentro internacional de escritores 2023 en North Las Vegas, debe también asistir a la cita que se avecina (7 de diciembre). Ella es de las que hace valer aquello de que ‘si la musa viene que me encuentre trabajando’.
Se trata de una escritora consciente de que los conocimientos adquiridos son para valerse de ellos, y transmitirlos, por eso su libro de arquitectura, de la técnica para la fabricación de colchones, y por supuesto, este ejemplar de lujo relacionado con la elaboración de cocteles.
El evento de este sábado 12 será ocasión para platicar con la autora, conocer de sus investigaciones, futuros proyectos, e incluso para tomarse una foto con ella o invitarla a bailar.
Aplausos para la exquisita edición del libro ¡¡Azúcar!!... Está confeccionado con ese exquisito coctel en que se mezclan amor y profesionalismo. Muchas gracias.
Por el momento, veo a Hemingway acodado sobre la barra del Floridita.
