Steve Sisolak, gobernador de Nevada, estampó su firma en una proclama reconociendo que el cambio climático amenaza y tiene efecto sobre el estado, su economía, más que todo por la reducción de la disponibilidad de agua.
“Que las temperaturas más altas, apuntó el gobernador, constituyan un reto para la disponibilidad de agua en el estado es consecuencia de los cambios que experimenta el clima; Nevada es el estado más seco de Estados Unidos y, si bien se ha realizado una gran labor para mejorar la eficiencia, vamos a tener menos agua”, destacó.
Trascendió que en el presente año los 17 condados han tenido designaciones federales como áreas de desastre por sequía, y alrededor del 90% del estado encara sequías cuya magnitud van de severas a excepcionales, situación comprometida.
El aumento de las temperaturas provoca reducción de la disponibilidad de agua y con ello desafíos para las operaciones ganaderas, la producción agrícola, además de las actividades recreativas que tienen efecto al aire libre.
El nivel del agua del lago Mead está por debajo de los mil 075 pies, que incuestionablemente se considera -es- muy bajo. “Puede que caiga nieve y llueva de manera periódica, lo que nos reportará cierto alivio, pero la disponibilidad de agua está en una situación crítica y la sequía volverá”, afirmó la experimentada Dra. Kristen Averyt, Asesora Principal de Clima.