En Pine Hollow Winery “Intensamente”... entre guitarras y amigos

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Por Rafael ROMERO

¿Quién dijo que todo está perdido?

Tal y como se esperaba el Pine Hollow Winery, mejor aún, la Peña del trovador Nelson Terán se vio repleta de un público entusiasta, desenfadado, irreverente, que se dio cita en la instalación para respaldar al juglar Tony Germán.

Bajo el sugerente nombre de Intensamente (el espacio), Germán echó mano a su inseparable guitarra y a su carisma para hacer un recorrido cancionístico en el que no podían faltar las rancheras, y por supuesto, se las ingenió para complacer a un público que no reparó en pedirle una u otra canción.

Las emociones se pusieron a flor de piel cuando interpretó ‘Procuro olvidarte’, que popularizó la jugadora de baloncesto brasilera Simone devenida con éxito en cantante. Y minutos más tarde ‘se atrevió’ con ‘Si ella me faltara alguna vez’, del fallecido cantautor cubano Pablo Milanés.

Y entre tantos amigos, no le podía faltan al mexicano Germán el respaldo de los músicos Nelson Terán, Flavio Martínez (el hombre de las mil flautas) y Eugenio Torres.

Yo vengo a ofrecer mi corazón

Con tres palabras se puede resumir lo sucedido: ‘fue una fiesta’. Terán y la poetisa Xinia Estrada -en calidad de anfitriones-, estuvieron atentos a todo y a todos; Mapy Durán multiplicada; Patricia Alcalde (que tiene amigos por doquier); Eddie y Marychuy Escobedo, Maritza Rodríguez, junto a Selene Lozada, Eddie Ramos, Sayra Torres, Miguel Cuevas y Juan D’ Varela... que bien dice un refrán ‘cuando uno tiene amigos tiene un central’.

El espacio cobra vida ¡y de qué manera! Desde aquella velada inicial en que la joven Didi West literalmente se embolsilló al respetable con su agudeza para luego dar paso a Terán con su ‘chorro’ de voz, hasta esta esperada -y publicitada- presentación de Germán, no hay dudas de que Pine Hollow Winery a fuerza de perseverancia (Y TALENTO) se gana a pulso las noches sabatinas.

Hablo de cambiar esta, nuestra casa, de cambiarla, por cambiar nomás.

Bien por los anfitriones, los hacendosos camareros, los artistas, el público, por quienes de manera desbordada o silenciosa hacen por la cultura, convencidos, sin medias tintas, que es lo primero que urge salvar, lejos de protagonismo y panderetas, de las clásicas lentejuelas sin brillo. Un aplauso... intensamente.

 

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