Por Roberto PELÁEZ
Hace exactamente 12 años Julio César Galicia construyó su primera casa para perros, desde entonces pasan de 200 las que ha fabricado, a fuerza de habilidades, talento y deseos de hacer.
Oriundo del estado mexicano de Veracruz, allá termina los estudios de secundaria, y en el 2004 decide emigrar a los Estados Unidos “estuve unos días en Phoenix, pero casi de inmediato vine a Las Vegas, entonces comienzo a trabajar en un restaurante, después paso a laborar en la construcción”, recuerda.
Reza un viejo refrán que ‘no hay mal que por bien no venga’, y en el 2010, cuando disminuyen las horas de trabajo, inicia sus estudios autodidactas “me apoyo en libros, vídeos, para aprender a hacer casas de perros... la primera disponía de electricidad e insolación, con medidas de dos pies por dos pies, o sea, para una mascota pequeña, hoy las hago más grandes (siete pies de largo, siete de ancho y cuatro de altura), con aire acondicionado, por supuesto, para perros más altos y de más peso, hacerlas desde cero hasta concluirlas me lleva entre cuatro y cinco días.
“Para aquellas primeras casitas buscaba madera en la basura, tenía un serrucho de mano, un martillo tradicional, hoy dispongo de un serrucho eléctrico, pistola para clavos, compro la madera, el mármol, los bloques, sin embargo estoy más dedicado a la construcción de edificios históricos, son más grandes tienen más connotación, requiere años esta labor”.
Entre todas sus piezas, la Casa Blanca es de las que está más orgulloso, aunque habla también del Palacio Nacional, réplica del ubicado en el Distrito Federal, México, “me lleva años hacer obras como esas, incluso de una catedral, hay que cuidar cada detalle (por pequeño que sea), el Palacio, por ejemplo, tiene dentro cuadros de los presidentes colgados en la pared... deben ser obras lo más apegado posible a la realidad”, apunta con orgullo.
Es tal el cuidado, el esmerado empeño, que Galicia aspira a ver su especie de maqueta del Palacio en uno de los eventos para conmemorar la Batalla de Puebla o el Grito de Independencia “necesitaría la invitación de los organizadores de esos eventos, además, tampoco descarto la idea, mi aspiración de ver la ‘Casa Blanca’ en un desfile de alcance nacional, verlas en tv, son piezas cuyas dimensiones exigen tres pies de alto, ocho de ancho y 11 de largo”, detalla.
