El sostenido andar de un grupo local apegado a sus raíces

Por Rafael ROMERO

El Club Ecuatoriano de Las Vegas, fundado hace muchos años, tiene bien claro que se hace camino al andar.

Con Nora Uribe al frente, se empeñan con éxito en dar a conocer su cultura, promoverla, invitar a personalidades que distinguen a su hermoso y hospitalario país.

Recién acaban de recibir al licenciado Diego Mauricio Benítez, de ‘Fundación Vista para todos’, una figura que gracias a su noble labor llena de orgullo a los ecuatorianos.

Para muchos, el nombre del visitante está ligado fuertemente con una labor solidaria, empeñada en mejorar la calidad de vida de miles de ecuatorianos, platican de problemas resueltos de la vista, la ayuda auditiva, la movilidad con amor...

La visita de Diego Mauricio se une a la que antes hicieron la poetisa Ruth Bazante, el afamado caricaturista Franz del Castillo, la doctora, periodista y escritora Blanca Salazar, el músico Hernán Gil, por solo mencionar a algunas de las figuras sobresalientes que provenientes de Ecuador han correspondido a las invitaciones del Club local.

“Nos enorgullece que nuestros invitados platique con los connacionales, informen de su labor, de todo lo que han conseguido más que todo dando amor, arte, contribuyendo a mejorar la vida de los demás, de diferentes maneras”, significa Uribe.

En casa también residen ecuatorianos que llenan de orgullo a los suyos, a la comunidad, el periodista Luis Bonilla, la psicóloga y escritora Cory Engelman, Mónica Prado (periodista), Bibi Castagneto, Mari Jepson, Rosa Shagui, Susy y Odalis Ochoa, Ana Harris, además de la propia presidenta del Club y su reina la hermosa jovencita Samantha Jepson.

Los premios y reconocimientos a instancia local y nacional hablan a las claras del sólido prestigio del grupo, de su sostenido desempeño año con año, del trabajo por preservar la cultura apoyados en áreas tan diversas como la música (hace poco estuvo aquí la agrupación Tus3wambras), la gastronomía, las confecciones, los trajes típicos, las danzas y sombreros, sus libros.

No todos los grupos comunitarios asentados en el valle hacen lo posible porque visiten la ‘ciudad que no duerme’ sus figuras sobresalientes, es algo que distingue al Club Ecuatoriano de Las Vegas.

 

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