Por Roberto PELÁEZ
Steven Gallego es un colombiano que reside en Las Vegas desde hace 12 años. Es un hombre de buena memoria, de vez en cuando ‘revuelve’ los recuerdos y se ve bajo un torrencial aguacero, con paso rápido, rumbo a la Casa de la Cultura para ver una puesta en escena. Sí, no hay dudas, Gallego tiene buena memoria y una pasión: el teatro.
Habla de obras como ‘Blanca Nieves y otros cuentos’, ‘Medium’, ‘El vuelo del hamster’, ‘El soldado’, como si las hubiera disfrutado o mejor aún, actuado en ellas ayer por la tarde u hoy por la mañana.
Estudiaba Comunicación Social en Colombia, acota, y quería ver, aprender, leer, después oigo hablar de desdoblarse, meterse dentro del personaje, dejar de ser uno mismo para ser otro (s)... es una experiencia tremenda, como ver a los espectadores a los ojos.
Aquí conozco a Daniel Álvarez, argentino, también ‘arrebatado’ por el teatro, resalta, con unos deseos de hacer enormes, pero él debe ir a su país, sería como en el 2010, y yo me voy a Dinamarca, claro, para tomar parte en varios talleres de teatro.
La experiencia es tremenda, impactante, cuenta, varios actores exponemos nuestras experiencias... sí, la barrera del idioma se empeña en ser un obstáculo, pero todo el mundo allí pone el mayor interés en comprender al otro.
Reconozco que es un intercambio cultural fabuloso, entonces -y hoy- comprendo que lo de Dinamarca es una escuela, dice y mueve la cabeza de un lado a otro. Nos comunicamos a través del teatro, es enriquecedor.
Regreso con la mochila cargada de ideas, junto a Sergio Altamirano llevo a escena ‘La madrastra de Cenicienta’, que está en cartelera un buen tiempo.
Me voy a Argentina, tomo clases, me adentro en lo que conocemos los artistas como ‘el método de Stanilavski’, asegura, que permite al actor -gracias a un esfuerzo tremendo- controlar, por ejemplo, las emociones.
Vuelvo a reunirme con Daniel Álvarez en Las Vegas, fundamos el grupo ‘Reencarnados’, con muchas pretensiones, comenta, partiendo de cero en cada puesta en escena, ofreciendo al espectador un mundo de posibilidades para que vea las obras y saque sus propias conclusiones.
Claro que es importante tener en cada puesta una cantidad de gente considerable, recaudar dinero, pero eso no es lo prioritario, al menos no desde nuestra manera de ver y hacer arte; que alguien me llame y me diga quisiste decir esto, o entonces va a pasar esto otro en la obra, es también para nosotros relevante, precisa. Es fundamental que el público tenga la última palabra, abunda. Por eso no nos anima ensayar y llevar a escena muchas obras, el año pasado pusimos una, este año serán dos...
Vuelve a mencionar un montón de piezas en las que ha tomado parte: ‘El soldado’, ‘Medium’, ‘El vuelo del hamster’ ‘Torero’, ‘Deborah’, ‘La muerte de la langosta’...
No, no me detengo, ahora mismo quiero, a partir del 20 de junio, iniciar un taller, de una clase semanal, para los interesados en aprender o acercarse al teatro, serán clases gratis en nuestra sede ubicada en el 4847 Jean Ave. Las Vegas, Nevada 89018, concluye.