Por Roberto PELÁEZ
“Apenas tenía un año cuando montó por primera vez, claro que entonces no tenía las habilidades que luce hoy”, afirma con orgullo Oscar Rodríguez al referirse a su pequeño Damián, quien acaba de ‘galopar’ sobre la borrega.
“Siempre quiso montarla, explica Joselyn, la madre, no muestra miedo, por el contrario, es para él como un reto, un desafío que recién acaba de vencer”.
El pequeño Damián, de seis años, finalizó hace poco el kindergarten y pronto comenzará el primer grado.
“Hay que saber, interviene Oscar, que las borregas (contrario a los toros) no saltan , no dan esos brincos que expulsan a los jinetes, solo corren, y ya vemos que Damián sabe sujetarse, mantenerse firme”, subraya.
“Realmente no sabemos, coinciden los padres, de dónde sacó él ese interés desde muy pequeñito por montarse en la borrega, y luego sostenerse para no caer mientras ella corre, pero ya tiene habilidades, poco a poco ganó en confianza, y ya ve, es capaz de permanecer encima del animal”, comentan sonrientes.
“Me alegra mucho que no tenga miedo (apunta Sonia, la abuela), él es muy cariñoso con los animales, y desde que vio a la borrega hace unos cinco años se llevaron bien; es un niño decidido, valiente, que pese a su corta edad se propone meta, y montar a la borrega era una de ellas, por eso nos alegra que ya pueda ir sobre ella a la carrera, muestre lo que es capaz de hacer”, significa.
“Llegaba de la escuela y quería ir donde la borrega, ahorita está de vacaciones, pues tiene más tiempo, y lo disfruta, es algo que le gusta desde siempre, con calma la ha ido dominando”, expresan los padres.
“Lo mejor es que es un niño cariñoso, decidido, salió a su abuela”, dice Sonia categórica.
