Por Roberto PELÁEZ
Inquieto, conversador, pero por encima de todo inconforme, el joven Alfredo Pérez Padilla, originario de Ocotlán, Jalisco, graduado hace dos años de asistente médico, reconoce que quiere llegar aún más lejos.
“La conformidad no se hizo para mí, acentúa, no me basta lo que tengo, profesionalmente quiero decir (resalta), soy de los que prefiere trazarse metas, ir por cosas superiores, ser mejor cada día y brindar un servicio de calidad”, expresa.
Llega a Las Vegas a los cuatro años, “puedo decir que toda la vida he estado aquí, me gusta la comunidad, he tomado clases desde kinder, tengo a mi familia, los amigos, los compañeros de trabajo, un profesor como Miguel Covarrubias, una persona como Oscar Toro que me ha dado la posibilidad de poner en práctica mis conocimientos y habilidades, el enamorarme de lo que me rodea”, dice y apunta al moderno equipo de Rayos X.
“Sin embargo no olvido mis raíces, prosigue, me gustaría ir al lugar donde nací, donde vivieron mis padres, mi abuelo, mi hermano mayor... sé que por la edad no dejé allá muchas raíces, pero algo me dice que debo ir, es una de mis aspiraciones”, advierte.
“Cuando cumplo la edad requerida, explica, asisto a kinder, luego tomo clases en la escuela John Pak Elementary; hago la Middle School en John C. Fremona PDMS, después asisto a la Valley High School.
“Debo decir que desde pequeño muestro inclinaciones por el mundo de la medicina, destaca, y al graduarme de high school matriculo en la Trade School Future Medical Trining Center, pertenezco a la generación 2020, tomo lecciones con el profesor Covarrubias, de quien puedo decir que se empeña en transmitir sus conocimientos, que sus estudiantes aprendan, los motiva a mostrar interés, y eso es algo fundamental.
“Soy de los alumnos -también ahora en mi posición en Complete Family Care- que opina que si te gusta alguna materia, te gusta lo que haces, lo disfrutas, pues sencillamente no ves limitaciones en los estudios y el trabajo, tratar de hacer las cosas de la mejor manera”, significa.
Intercambia opiniones con algunas compañeras de labor que lo escuchan atentamente, y luego me invita:
“Venga a ver este ‘juguete’, es algo que me apasiona, me pasaría horas en este departamento, pero debo atender otras cosas”.
Entramos a la sala donde “descansa” el aparato de Rayos X, camina de un lado a otro, no puede ocultar el orgullo.
“Da gusto desempeñarse aquí, fíjese, destaca, en North Las Vegas trabajaba con un aparato de estos moderno, todo digital, sin embargo con este me siento muy bien, debo introducirle algunos datos, pero me parece muy bien, nos ‘entendemos’ y lo importante es sacarle el mayor provecho, ver con la mayor nitidez posible cualquier lesión que pueda presentar un paciente, hay que estar consciente de que entre mayor claridad, o contraste, es mejor también para el médico, le facilita el diagnóstico...
“Me gusta mucho lo que hago, pero lo mío es superarme”, asegura.